LETRA
¡Me asfixio! ¡Dios!
Pienso en mi cara… se está quemando, ahora, mi cara… ¡Dios!
Una explosión y los colchones se prenden fuego y nos quemamos vivos…
Quiero salir, quiero escapar, las puertas siguen encerrojadas.
El pabellón… en un segundo se nubló todo y ya no vemos nada más…
Pruebo trepar hasta un ventanal buscando el aire y me balean fiero.
Viejita, amor, hijas y amigas, buscan noticias en la puerta, ahí fuera…
Tiempo después, escucho aún el ruido de loco de los paloteros
buscan así baldosas flojas donde escondemos tesoro y miserias.
¡Pobrecito!… pobre «el Cebolla», no pudo más,
se degolló por miedo.
Nadie es capaz (¡No pueden borrar mis recuerdos!)
Nadie es capaz de matarte en mi alma.
¡Y así te dan! ¡Así te quiebran!
Así te dan por culo allí… sin más.
Por esa vez la Vieja Cosechera
vino por mí y no quiso besar mi vida.
Estoy herido, estoy quemado
voy en camilla por el Salaberry
Voy a tratar de hacer conducta aquí
para rajar antes que mis pulmones.
Si va a pasar algo conmigo
quiero que sea en libertad… ¡allá afuera!
¡Y nada más! ¡irme y nada más!
No quiero ver más gruesa del llavero
ni mirar la pared si el pasarela grita
para tapar quejidos y lamentos.
¡Ya nunca más!
¡Ya nunca más!
¡Ya nunca más!
Y nunca ya voy a olvidarte, Pablo… ¡nunca!
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MÁS INFO SOBRE ESTA CANCIÓN
Pabellón Séptimo (Relato de Horacio) es uno de los hitos del disco.
Habla de una masacre real, que tuvo lugar en una cárcel. Yo no estuve ahí, lo tomé de un libro de Elías Neuman: Crónica de muertes silenciadas. Villa Devoto, 14 de marzo de 1978. El libro es de 1985. Neuman era el abogado, tanto del Horacio como del Pablo de los que hablo en la canción.
El Cebolla también existió. Lo que cuento fue tal cual, los presos se asomaban por las ventanas porque no tenían otro modo de respirar entre el humo y aprovechaban esa circunstancia para balearlos. También me tomo mis licencias, claro. Me pongo en el lugar del narrador —un convicto más— e imagino: Voy a tratar de hacer conducta aquí / Para rajar antes que mis pulmones.
Yo ya había hablado de mi amigo Luis María en Toxi taxi. El pobrecito cayó en Devoto sin comerla ni beberla, cuando ya estaba demasiado ido… No tendría que haber estado nunca, ahí. Y sin embargo estuvo y allí murió.
Pabellón arrancó con una maqueta, donde sólo estaba la música y una letra con palabras sueltas sanateadas en inglés. ¿En qué momento te hizo el clic, esa música, para unirla a este relato en particular?
Siempre es una elección. Pasó así con la canción de amor para Virginia (Y mientras tanto el sol se muere). Cuando apareció esa melodía, pensé de inmediato que era la apropiada. Y entonces la letra sale sola, un amor de una eternidad tan grande que no importaba que el sol se fuese apagando. Y acá lo mismo, la música era dramática. Ahí no traje nada del pasado, la música surgió nueva y la letra por añadidura. Uno puede hacer muchas canciones, pero el autor siempre recuerda aquellas en las que la música y la letra se potencian como uno sueña. Y eso es lo que te alimenta para seguir escribiendo.
Indio Solari en conversaciones con Marcelo Figueras. Este texto forma parte del libro autobiográfico Recuerdos que mienten un poco (Bs. As, 1era. edición, Editorial Sudamericana, 2019).
«Pabellón Séptimo» es casi una crónica periodística.
Es un hecho que pasó, y está relatado de una manera dramática. Le pasó a un amigo, Luis María [mencionado en «Toxi Taxi», el tema de los Redondos] en Devoto. Fue una masacre, un asesinato terrible, y yo tenía que ver cómo lograr ese tono dramático a través del vehículo musical de la canción. Siempre que abarco un grupo de canciones, algunas están dedicadas a pintar personajes y otras a tratar de expresar sentimientos o miradas que tengo con respecto a algo.
«El precio de la libertad es la soledad». Revista Rolling Stone Argentina, Miércoles 01 de diciembre de 2004. Texto Pablo Plotkin. Entrevista Claudio Kleiman y Pablo Plotkin
A lo largo de su carrera artística, en canciones, recitales y entrevistas, Indio Solari alertó sobre las degradantes condiciones de detención de las cárceles de nuestro país, y criticó los criterios de criminalización.
«Nosotros, caníbales», Redondos Subtitulados, 29 de diciembre de 2022, publicado originalmente en julio de 2018
Hace rato que querías escribir sobre el drama de Devoto…
Mi pretensión siempre ha sido escribir pequeños dramas musicales, porque a mi me sale así. En mis historias hay siempre un drama implícito, me dedico a eso, no me dedico a pum para arriba, pero hace rato que no encontraba un tono dramático y al mismo tiempo potente. Me gusta en este tema el sólo de guitarra porque abre como una cosa diáfana en el medio del drama, como una epifanía, aparecen esas guitarras cantarinas
La letra (de «Pabellón Séptimo (relato de Horacio))» está basada en un relato del propio Horacio en un libro de Elías Neuman, donde cuenta el crimen y hay relatos de los sobrevivientes.
Conversaciones con el Indio. Primer borrador. Mundorosso, 26 de mayo de 2008. Entrevista realizada en diciembre de 2004.
El track 9 se llama “Pabellón séptimo”, y su letra es una crónica carcelaria, de una crudeza que no se suele frecuentar la pluma de Solari: “Me asfixio Dios/ Pienso en mi cara…se está quemando ahora mi cara ¡Dios! / Una explosión y los colchones se prenden fuego y nos quemamos vivos/ Quiero salir, quiero escapar, las puertas siguen encerrojadas/ El pabellón, en un segundo, se nubló todo y ya no vemos nada más”. Solari, por primera vez, se queda en silencio. Y explica. “La canción es una crónica de un hecho real que sucedió en 1978. Una masacre de presos comunes en la cárcel de Villa Devoto. Ahí murió un amigo mío… si había alguien que no tenía que estar ahí era él. Tenía un problema psíquico, lo engancharon en la casa de una novia, con unas tabletas de ácido lisérgico, y lo metieron en un pabellón cualquiera. Un día hubo una revuelta y los masacraron a todos. Sé que la letra, en este momento en que se habla tanto de los secuestros y se exige seguridad a cualquier precio, es algo políticamente incorrecto. Pero bueno, yo siempre dije que todo preso es político. Y hay lugares donde la sociedad tiene que ver el grado de horror que es capaz de producir. Me ha tocado visitar cárceles, tengo amigos en el cielo y el infierno: hay allí un horror permanente. Sin tomar en cuenta que eso marca de movida la imposibilidad de la resocialización de nadie que entre ahí. No se puede combatir el canibalismo comiéndose al caníbal, no está bien que el Estado haga eso. La represión nos transforma a todos en pares de aquellos que cometen crímenes”.
Indio Solari. El Salinger del rock. Revista Gartopardo (Colombia). Número 54, febrero de 2005. Por Maximiliano Tomas.
En 2015 Indio Solari publicó el film «Indio En Concierto», su primer DVD. En realidad la caja incluía dos CDs y dos DVDs, correspondientes a los shows que brindó en el Estadio Único de la Ciudad de la Plata en el año 2008.
Este tema formó parte de ese DVD.
FICHA TÉCNICA
Disco: El tesoro de los inocentes
Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado
Duración: 04:46
Ficha técnica: Música, letras y arte de tapa por el Artista Invitado.
Edu el garfio Herrera y Nickname Aramberri en Ingeniería y funciones pesadas.
Artista Invitado en arreglos, producción y ruidos molestos.
Julio Saez y Baltazar Comotto: guitarras principales
Marcelo Torres: bajo
Hernán Aramberri: batería
Alejo Von Der Pahlen: saxos (alto, tenor y barítono)
Ervin Stutz: trompeta, flueguehorn y trombón
Debora Dixxon: voz en “La piba de Blockbuster”
Artista invitado: teclados, guitarras y voz
Dig-it en arte y formato de tapa: Matías Requeijo
Este barril de monos-dirty-garage-jijí-tech-rock-trapero fue grabado y mezclado en Luzbola y es pura patología del cuerpo y la mente del Artista Invitado.
Masterizado en Luzbola por Breuer’s delivery.
Dedicado a Bruno y a la memoria del Capitán Ojo Muerto y de la hermosa muchacha de Los Toldos.