Para despedir el año 1978, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota convocó a sus fieles al «Teatro de la Cortada», un pequeño recinto que años más tarde fue rebautizado como «Centro Parakultural». El lugar quedaba en Venezuela 336 de la Ciudad de Buenos Aires. El show se celebró el 30 de diciembre de 1978, y afortunadamente existe registro sonoro. Te contamos cómo fue aquel concierto que se desarrolló en una época tan oscura de la Argentina.
Redondos Subtitulados, 17 de febrero de 2023
Hoy compartimos con ustedes la reconstrucción del concierto que brindaron Los Redondos en el Teatro de la Cortada, el 30 de diciembre de 1978.
En una época oscura y peligrosa, un grupo de artistas que rozaba la locura se atrevían a expresar sus ideas con una libertad inusitada. Patricio Rey los invitaba a perder la forma humana, y la gente respondia con fervor. En aquel entonces todavía no eran conocidos por el gran público, sino que sus shows eran un secreto que se compartían quienes frecuentaban el under.
Algo grande se estaba gestando.
Guión:
En noviembre de 1978 Patricio Rey había llenado la Sala Monserrat. Felices por el éxito en la convocatoria, decidieron organizar otro concierto para despedir el año. Alquilaron el ”Teatro de la Cortada”, un pequeño sótano que se especializaba en teatro alternativo.
El lugar estaba ubicado en la calle Venezuela 336, en San Telmo, a pocos metros de la Avenida Paseo Colón. Enfrente del Teatro de la Cortada comenzaba el Pasaje 5 de julio, una calle peatonal de 100 metros. Debajo de sus adoquines están enterrados los ingleses que murieron después de las fallidas invasiones de 1806 y 1807.
En marzo de 1986 el Teatro de la Cortada se refundó como “Centro Parakultural”, y se convirtió en uno de los reductos under más importantes de la ciudad, por el que pasaron innumerables bandas del rock nacional como Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Sumo, Los Violadores, Los Cadillacs, Flema, etc.
En Junio de 1990 el edificio completo fue vendido al Sindicato de Trabajadores de Edificios. Como los nuevos dueños no quisieron renovar el alquiler, el Centro Parakultural ubicado en el sótano tuvo que cerrar.
Un año después el Parakultural reabrió en su nueva ubicación de Chacabuco 1072, pero algunos años después tuvo que cerrar definitivamente debido a las denuncias de los vecinos que se quejaban del ruido.
Pero volvamos al año 1978. Patricio Rey los convocó para el sábado 30 de diciembre.
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La promoción del recital se realizó de tres formas diferentes: el grupo publicó un aviso en el diario, aclarando que se trataba de un concierto de rock, para los que no los conocían. También lo difundieron por el boca a boca: los que ya los conocían convencían a sus amigos para que asistieran. Por ultimo fueron importantes las gráficas de Rocambole, que ellos mismos y algunos amigos repartían en forma de volantes en los bares y restaurantes de la ciudad.
En el primero, vemos una persona internada, a quien le sale una extraña criatura de su panza. A su alrededor hay varios médicos y familiares preocupados y desconcertados. “Algo espantoso está pasando con el rock”, decía el título.
Rocambole parece estar ilustrando lo que estaba pasando con Patricio Rey a partir de su llegada al circuito under: el nacimiento de un “monstruo” al que todos veían sin comprender muy bien qué era.
El segundo afiche no habría sido realizado por Rocambole. Podemos ver una persona inflando la piñata, todo un símbolo.
Nos llama la atención que en este afiche la banda es designada con el nombre “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota”, mientras que en el afiche de Rocambole dice “Patricio Rey y los Redonditos de Ricota”.
El show se programó para las 21.30 horas. La puesta en escena estuvo a cargo del actor Robertino Granados, que se presentó junto a su Circo Fantasma.
La consigna grupal era: “romper la piñata del año 1978”, para dejarlo atrás. Había sido un año nefasto. Más allá de la algarabía por la obtención de la copa del mundo, sobre los hombros de todos pesaba la falta de libertad, las violaciones de los derechos humanos, el conflicto con chile que casi nos conduce a una guerra.
Sábado 30 de diciembre de 1978. Comienza el concierto. En el Teatro de la Cortada no hay telón. Aparece Mufercho, el maestro de ceremonias, vestido de preso y muestra a la concurrencia una gorra. Adentro contiene papelitos con los nombres de los músicos que Patricio Rey elegirá para animar esta misa.
Mufercho saca un papelito de la gorra. Skay es el primero que asoma. Lleva puestos anteojos oscuros y una guitarra colgada. Luego anuncia al Astronauta Italiano, el Indio, llamado así por su infaltable mameluco.
Poco a poco los nombres de todos salen del sombrero y suben al escenario.
Además de Skay, en guitarras también estuvieron Gabriel Yolivet y León “El Blusero” Vanela. Pepe Fenton se hizo cargo del bajo. Néstor Migoya tocó la batería. El ballet ricotero mostró sus destrezas, y El Doce nuevamente ofreció sus redonditos de ricota.
Enchufan mientras saludan. Y la banda empieza a tocar. Es un soul abolerado. Luego, una zapada infernal que no empieza ni termina nunca.
Mufercho se despachó con un monólogo memorable, que incluyó un fragmento recitado de “Blues del terror azul”, de Claudio Gabis. “Cuánto hace que no salgo ni siquiera a caminar/ que no veo a mis amigos en un bar para charlar/ Porque desde que caen las sombras/ cae el terror azul sobre la ciudad y los ojos no se miran y las bocas no sonríen con tranquilidad”.
El primer tema de la noche fue “Por fin, por fin”. Después vino la “Plegaria garchante”: Mufercho pidió que bajaran las luces de la sala, y con el Indio comenzaron a imitar los sonidos de un orgasmo.
A continuación vino el enganchado con Maldición va a ser un día hermoso y Blues del noticiero.
Después subió a escena Robertino Granados con su Circo Mágico, y Betty Kaufman regaló una desopilante parodia de «Cabaret».
La lista de temas siguió con: Tristezas de un vendedor callejero, El Hidromedusa, Estopa, dulce estopa, Perra dinamita, Imperialismo espacial, Bajo las palmeras El Súper Sport, Mucha fe, Noche en Bahía , Solita, déjala solita y El Bazar de Wakeman and Fripp.
El conejo Jolivet recuerda que Robertino Granados apareció junto Katja Alemann, vestida de conejita de playboy, con una canastita llena de verdura que repartía entre los músicos. Y recordó una agresión que sufrió la actriz.
Llegando al final hasta hubo un exorcismo en vivo. Fue una noche muy loca.
Para terminar rompieron la piñata, buscando exorcizar el año “guacho”, como decía Mufercho. El público recibió caramelos, para endulzar los ánimos.
Indio dijo en su libro:
Es que había un estado de ánimo de mierda, en general. Y empezó a circular que en nuestros conciertos uno podía permitirse perder la forma humana. Todos esos rocanroles iniciales eran un disparate. Insisto, éramos una banda de decadentes de verdad, gente que se había automarginado de la sociedad. A la mitad sus padres los habían echado a la mierda, con amenazas de desheredarlos. El único que vivía con el culo al aire era yo, desde que mi viejo cayó en desgracia. Pero justo era el que disponía de la cueva posible, que era La Trinchera, y por eso los decadentes originales se juntaban ahí. Éramos marginales por vocación. No era que nos habían marginado: nos marginábamos nosotros porque no nos gustaba la sociedad y, en represalia, la sociedad también nos marginaba. Si pasaba un día sin que te putearan o te dijesen puto, sentías que te había ido mal, ja. De algún modo, yo me metí a hacer un afano con gente rica. Era un mal plan, porque ellos lo hacían por la aventura de boludear, sabiendo que el día de mañana se retiraban y contaban con un fondo groso, mientras que uno se quedaba con el culo al aire.
Lista de temas:
01) Por fin! Por fin!
02) La plegaria garchante
03) Maldición, va a ser un día hermoso
04) Blues del noticiero
05) Magic Circus + Cabaret
06) Tristezas de un vendedor callejero
07) El Hidromedusa
08) Estopa, dulce estopa
09) Perra dinamita
10) Imperialismo espacial
11) Bajo las palmeras
12) El Súper Sport
13) Mucha fe
14) Noche en Bahía
15) Solita, déjala solita
16) El Bazar de Wakeman and Fripp
El conejo Jolivet contó que entre el público esa noche estuvo León Gieco, que salió espantado por el volumen de las guitarras. Era ensordecedor. De hecho el volumen de los amplificadores terminó expulsando a Jolivert y al Leon Vanella del grupo. El propio Conejo contó en alguna entrevista que Poli protestó por el elevado sonido que, según decía ella, no permitía escuchar al poeta, en referencia al Indio.
Dijo el Conejo: ¡Siempre se pudre con Poli como oficial de injusticia! Qué se le va a hacer. Alguien se tiene que poner los pantalones como Gestapo. Y le toca a ella… Un llamado de ella a mi casa y le dije: «¡Vos a mi amplificador no lo tocás más!», ya que en medio del último concierto me había dado vuelta el bafle Marshall. Puede ser que tuviera razón, pero la manera fue muy autoritaria…”
Para colmo el guitarrista le ofreció incorporar a nuevos músicos al grupo, en especial para reemplazar a los que tocaban mal, pero Poli fue tajante: ”Ustedes los de la Capital…quieren copar a Patricio…ya hubo varios que trataron de hacerlo como Alejandro Medina …» Jolivet le dijo que él no quería copar nada, que sólo quería que sonaran mejor. Y ahí nomás se mandaron a la mierda y se cortó la relación por muchos años. Después el conejo tocó en los shows de Huracán y de Racing, pero eso es otra historia.
En febrero de 1979 la Revista El Expreso Imaginario sorprendió a sus lectores con un título que prometía: “Es verdad aunque usted no lo crea: conseguimos entrevistar a Patricio Rey”. El artículo, firmado por Claudio Kleiman, comenzaba refiriéndose al concierto en el Teatro de la Cortada.
“Patricio Rey es un grupo que decidió declararle la guerra a ese viejo vicio porteño, la formalidad. Sobre todo después de su triunfal concierto de fin de año en el Teatro de la Cortada, en el que a las huestes de Patricio se sumó Robertino Granados y su Circo Fantasma, provocando un infernal clima de delirio, una inolvidable fiesta donde se perdió todo límite entre el escenario y los asientos, entre los “artistas” y el público, haciendo protagonistas a todos los presentes.”
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Con relación al título del artículo, explicaba que había recibido un sobre cerrado que contenía una entrevista que Norman Olliermo Indigi le había realizado al mismísimo Patricio Rey en Bruselas.
En realidad, el texto había sido ideado y creado por el Indio y por Guillermo Beilinson, hermano de Skay. Olliermo Indigi era un juego de palabras, por Indio y Guillermo.
El diálogo abundaba en sentencias filosóficas, hedonistas, como las ideas que el Indio puso en la lengua de Patricio Rey en diferentes entrevistas de la época.
Sobre el final, las palabras textuales de Patricio Rey explicaban que el grupo iba a entrar en hibernación por varios meses, hasta la próxima reunión que se desarrollaría a fin de año.
“Por lo pronto, para los próximos meses he aconsejado un «retiro de recarga”, que espero sea cumplido, para poder lanzar la energía cruda y ROMPER LA PIÑATA DEL 79. La verdadera ROCA BESTIAL. De cualquier manera, y en el momento que esto suceda, le aconsejo dejar su vocación periodística en las boleterías para «perder la forma humana” de manera más adecuada”.
Efectivamente, después del concierto en el Teatro de la Cortada en diciembre del 78, y de la falsa entrevista a Patricio Rey en febrero del 79, cada uno de los artistas partió hacia un lugar diferente a seguir su vida y, de paso, para esquivar a los militares.
Recién en diciembre de 1979 las huestes ricoteras recobraron la forma humana para un show épico en el Teatro Margarita Xirgu, sin el Indio. Esa historia quedará para más adelante.