Cuando el Indio habló con los seguidores

En varias oportunidades la banda, a través de la voz del Indio, se comunicó con los seguidores que se habían acercado hasta Olavarría para tratar de calmar la situación.

Extraído de la web de Mundo Redondo

DESCENSO DE LOS CIELOS

Los ricoteros que ya estaban en la ciudad se abarrotaron frente a las puertas del hotel Savoy, donde estaban alojados los Redondos, como esperando algún milagro que les devolviera su misa, su fiesta.

El sábado se produjo el milagro, bajo el frío y la lluvia que estuvo presente casi todo el día. Las huestes continuaban acuarteladas frente al Hotel, se abrieron las puertas y todos vimos salir al Indio y luego al resto de la banda, Skay, Poly…todos.
Salieron a hablarnos y pedirnos que no le sigamos el juego a la policía ni demos lugar a desmanes que justificaran la prohibición y los argumentos en los que se basaba. Simplemente que le demostremos a la gente que los ricoteros somos tal cual ellos, que nos habían robado pero que podíamos bancarnos eso. No sé cuanto duró ese momento, pero quedó grabado para siempre en las retinas de los que allí estábamos.

De todas formas había una necesidad de protestar, de liberar los gritos ahogados en las gargantas, de demostrar que no nos resignamos ante ciertas dedocracias.

Y entonces sobrevino la protesta frente a la Municipalidad con quemas de cubiertas, también frente al Hotel donde se bailó y saltó al ritmo de Los Redondos, gracias a un 147 que puso la música la palo. Pero todo bien, sin quilombos ni bardos, sin romper nada ni atacar a nadie, aunque la yuta siempre estuvo ahí.

Y como era de esperarse, también se movilizó la masa rumbo a la casa del Intendente, distante unas pocas cuadras del hotel Savoy.

Todos cantando contra Eseverri. Cuando llegaron allí, el Intendente, enterado de la movilización, había huido a refugiarse en el hospital local, donde permaneció hasta que las cosas se calmaron.
La casa del Intendente fue tomada por asalto (sin invasión de propiedad) y se arrojaron algunos objetos contundentes sobre las ventanas y el frente de la vivienda. También se enarbolaron banderas y hasta se cantó un fragmento del himno nacional argentino. Luego, ante la abundante presencia policial, la masa optó por regresar de nuevo al hotel.

El día domingo, descienden de los cielos nuevamente Los Redondos para comunicar que ya no había nada que hacer y que era hora de regresar a reencontrarse con los afectos. Cuando la traffic que los transportaba dejó el hotel, la gente la acompañó durante cuadras.

De todo lo acontecido en tres días, nos quedamos con la actitud de la banda hacia nosotros y con la mejor imagen de los redonditos en Olavarría: El Aguante.

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