Pateando el tablero

Transitando el camino contrario-manteniendo con religiosidad el carácter de grupo independiente, produciendo sus propios discos e incluso saliendo a venderlos a la calle- Patricio Rey logró que sus Redonditos de Ricota se conviertan en un grupo de convocatoria masiva que no mantiene su marginalidad tan sólo por conformar una alternativa. Se trata de un proyecto en esencia diferente, que además expresa argumentos ideológicos claros. Así, estos Redondos -cada día más veteranos y actuales- llegaron a su tercer LP «Un baión para el ojo idiota».

Revista Pelo #321. Julio de 1988

El rock no es un género musical. Tan sólo la exposición a la vida y una experiencia enajenante de complicidades, pulsiones, riesgo y rebeldía, capitalizan la solicitud expresa del reclamo por un mundo mejor. El vector ascendente trazado en las calles por la repercusión de “Gulp!” y “Octubre”, como hito histórico, enuncia un acto ético siamés.

Como un simpático pito catalán al sistema, “Un baión para el ojo idiota” se enquistó como un nuevo bebé de la producción independiente, alternativo y solitario como aquella vaca cubana.

“…El enigma y el misterio- sostiene Carlos Indio Solari- del personaje se descapitaliza con la exposición de un reportaje. El artista nunca debería competir como hombre, con ese personaje. Dentro del juego de cosas, Los Redonditos somos el show en vivo”.

La rimbombante musicalidad de esta tercera obra titulada “Un baión para el ojo idiota” genera cierta incógnita en las apreciaciones de la tribu. “Llegado el preciso momento -expresa el Indio- para hacer la gráfica, nos reunimos con Rocambole. Partiendo de visiones tales como el perro (policial) que sigue allí, la televisión, etcétera, coronamos esa imagen con un personaje resuelto por Marilú (hija de Rocambole y caramelo de Patricio). El baión es un ritmo musical descomprometido, ideal- como en el film Brazil- para aplicar al mundo televisivo y coordinar así la locura…” “Los medios de comunicación -agrega Poli, ingeniera psíquica, nueve milímetros- se encargaron de patrocinar una sociedad inexistente, de privilegios y con mucho brillo. La realidad no es esa, al menos no se la puede proponer universalmente”. “En ese mundo de contradicciones – retoma Solari- nacen estas letras, son crónicas de unos ojos que van más allá de una costumbre pública”.

LA GUERRILLA DEL SIGLO XXI
¿Todo preso es político?
Indio Solari: “Bueno, si vemos a esta sociedad con ese resumen que es la tapa del disco, si observamos la circunstancia donde ese chico es matado por la policía, como reza la letra… quince años pagó ayer con tres bucos políticos, esos tres tiros lo mataron. Si lo ubicamos como un pibe que vive en una situación de humillación extrema, sin ninguna salida, un perdedor. Pero que por otro lado tiene ese aparato tan barato “la televisión” que lo estimula a que la única vida posible es, si tiene una gran Yamaha y logra comprarse la campera de cuero americanino. No puede con el status y sale a afanar: creo que todo preso es político. En última instancia, la gran guerrilla del siglo XXI es la explosión de las ciudades. Todo esa gente que está conspirando contra el sistema sale a robar incentivado por el mismo. Hasta el año 50 se podía tener un mundo poderoso, sin un riesgo que te reduzca los premios de la vida al mínimo. En esta era ser poderoso es tener una gran mansión, rodeada de verjas, perros y cámaras de video que protegen a tu nene que está jugando en el parque con los guardaespaldas, porque si sale a la calle, están los chicanos que le cortan la oreja y te la envían por correo para cobrar la guita. El sistema no tiene un privilegio que se pueda cobrar con gratuidad”.

MILITANTES ARTÍSTICOS
Patricio Rey y los Redonditos de Ricota atestan las cubas en donde eligen protagonizar una caliente actuación en vivo. La convocatoria multitudinaria es todo un JiJiJi a la crisis y un fenómeno de las Bandas de Derviches, Mortales escabeches y el Panteón de Rafael Calzada. Los gerontes del rock y el rebrote clasicista, sorprendidos por la propuesta vigente de Los de Ricota no encuentran palabras para explicar lo que no se explica.

“Desde el punto de vista huraño -afirma Solari- podemos definir a un rockero como un militante artístico. Nuestra música tiene la fiera, pero en cada composición hay alguna sugerencia, o arreglo que no tiene nada que ver con la resignación del rockero ortodoxo. Un rockero no debe perpetuar nada, no debe transformarse en un Eric Clapton. Los Redonditos de Ricota somos una banda de rock que muda de dogmas y prefiere, como comenta Skay Beilinson, patear el tablero aunque estés en jaque mate a favor, para que el juego vuelva a comenzar. Ese es un riesgo que todo rockero debe cumplir. En el caso de los colegas, quizás hayan tenido alguna secreta ambición que cargó su música de resentimiento. Nosotros queremos vivir el rollo en los 90…”

La recreación de temas como “Maldición, va a ser un día hermoso” sin caer en la cosa chamánica, mantiene su estirpe pese a ser una composición que data de diez años de antigüedad. La vetustez estética no conoce de fechas (“Casémonos, vía México” carece felizmente de actualidad). Los Redonditos de Ricota, con acertada alquimia, consiguen satisfacer angustias y alegrías que productos pasteurizados, impuestos y respaldados por la superestructura no logran. Fieles a sus creencias, Patricio Rey y los Redonditos de Ricota certifican que hay otro mundo y está en éste.



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