Reportaje a Los Redonditos de Ricota. Skay, Indio, Poly y Semilla se refieren a la realidad del grupo.
Revista Fin de Siglo #12. Junio de 1988. Por Julián Meyer.

-Hace unos años se hablaba de Patricio Rey y los… ahora yo escucho hablar de “los redondos”. ¿Qué pasó con Patricio Rey?
-Skay: Patricio Rey sigue siendo el espíritu del grupo, antes aparecía en los ensayos, o en los recitales, ahora parece que no pinta.
-¿Pero era un juego, el Sr Rey no existe?
-Indio: Existe.
-Skay: Era un juego, pero a la vez es cierto.
-Indio: Solo que ahora no trabaja como antes, está ocupado en otras cosas. Ahora yo no firmo un contrato, sino que lo delego en Poly; cuando hay que hablar en un reportaje tampoco aparece.
-Poly: Sí, yo soy una empleada de él, hago las cosas en su nombre.
-Digamos que es como un espíritu…
-Poly: Para mí es el ideal. Como un ideal de comportamiento. En Patricio Rey están depositados todos los ideales de como debe comportarse un grupo humano.
-Hay un mito que sí perdura: que “los redondos” fueron siempre el trio Poly-Indio-Skay, que fueron ellos quienes siempre tomaron las decisiones… ¿Semilla, vos cómo participas en esa historia?
– Semilla: Yo participo divirtiéndome y compartiendo el criterio de la cosa tal como está planificada.
-¿Tocas en esta banda como podrías tocar en cualquier otra?
– Semilla: Eso no lo sé, pero musicalmente esta es la banda que me conmueve.
-Poly, el hecho de ser independientes, deposita en vos lo que habitualmente, en una agencia, está distribuido entre mucha gente…
-Poly: Es mucho trabajo, pero se puede hacer, es cuestión de ir resolviendo sin tener que delegar. Creo que cuando se delega todo se retrasa.
-Se forman ministerios.
-Poly: Exacto.
-Indio: Pasa por un estilo al pan pan y al vino vino que tiene la negra, que por otra parte es un trabajo que le da placer, no es algo que le rompe las bolas: lo hace por placer, a veces fatigada, pero siempre con placer.
-Poly: Por otra parte, yo empecé a hacer gráfica hace un tiempo porque era necesario, y eso es algo que yo nunca había hecho, me remonta a mi infancia, es buenísimo tener que ponerte a dibujar.
-Indio: No quiero decir que todo lo que tenemos que resolver sea gratificante, pero al final se suma un producto que claramente justifica todo. El hecho de que Skay se tenga que levantar un día para ir a leer un contrato, para ver si nos quieren cagar, no es gratificante, pero si cuando sale el disco. La salida del disco justifica todo lo ingrato. Pero es tarea, no trabajo. Tarea y trabajo son cosas totalmente diferentes.
-¿De qué dependen en esta banda las inclusiones o exclusiones de músicos?
-Indio: Por encima de que haya afinidad musical, también está el hecho de estar ensayando, y eso significa muchas horas. Semilla, por ejemplo, que lleva seis años, se banca una producción independiente y hay gente más nueva que tendrá que demostrarlo; pero al margen de eso, si estás en la banda es porque sos la gente con la que podemos bancarnos compartir muchas horas de la vida. La banda que tenemos en este momento es lo que más contento me tiene. Fijate, Semilla, hay muy pocos bajistas buenos, por lo general el bajista es un tipo que acepta que va a ser soporte, ser bajista es aceptar un rol dentro de la banda que a veces no luce mucho. Dentro de la banda eso se sabe, pero ahí abajo es otra cosa. Por eso hay pocos bajistas, todos quieren la estampita y todos sabemos que en un grupo la estampita son el cantante y la primer viola, eso es eterno.
-La gente que va a ver a “los redondos” son como un club, todos coinciden en que fuera de ese evento “no pasa nada en ningún lado”…
-Indio: Bueno, yo coincido en lo que dicen los pibes “de que no pasa nada”, yo tengo la suerte de formar parte de una banda que supera las expectativas que yo tenía, incluso cuando miraba otras bandas.
-Skay: yo creo que el mundo está más o menos igual que hace mucho tiempo. Capaz que lo que se llama “que algo cambie” es que te levantaste un día más relajado o con más miedo.
-Semilla: yo no veo bien a la gente, no se divierten mucho, en la calle digo “no pasa nada”, no pueden hacer tampoco las cosas que quieren hacer. Yo conozco gente que quiere hacer cosas, pero no puede…
-Indio: Quizá la gente no está bien porque no puede hacer con facilidad lo que quiere hacer. La gente no está bien porque no está embarcada en planes.
-En la vida cotidiana se encuentra poca alegría…
-Skay: Insisto en que eso es algo que pasa y pasó siempre, no es algo especial de este tiempo.
-Indio: Yo he encontrado en otro tiempo gente más dispuesta, más brillante, creyendo en la magia, en su capacidad de exponerse. Hoy no es tan probable.
-Poly: No se puede hablar de falta de pasiones o de sueños porque los pibes lo tienen, yo estoy con ellos, hablo con los pibes y los veo apasionados. Posiblemente nosotros somos un poquito más grandes y estamos más golpeados, no es que uno se jubile, pero esa llama hay que alimentarla, y hay que renunciar a ciertas cosas. Hay una edad que te dicen que tenes que sentar cabeza, y ahí empiezan los miedos. Es el punto donde muchos claudican. Pero los sueños nunca se mueren, los sueños te acompañan toda la vida, aun cuando hayas fracasado. Uno abandona los sueños, pero los sueños no te abandonan a vos.
-Skay, vos casualmente estuviste ahí, en el Mayo Francés…
– Skay: estuve en esos meses. Un poco después y todo ese clima de resistencia estaba latente. Yo tenía 16 años y participaba de la misma angustia de toda esa generación, toda esa rebeldía y esas ganas de que el mundo fuera diferente. Miraba el mundo y no estaba solo, había centenares de gente, de sensibilidades reclamando lo mismo.
Indio: Yo creo que gracias a Dios el ideal existe siempre un par de metros delante de uno. Mis ideales no son predecibles, por eso funcionan. La solidaridad que encuentro en los demás con respecto a ese ideal varía de una época a otra. Lo que hay que saber es que no terminas obrando de acuerdo a la costumbre pública.
-Ha cambiado el público, hay más proporción de proletariado, bandas de Lugano, de Sarandí que las elites del centro…
-Poly: Siempre estuvieron, siempre hubo bandas la banda del Mufercho. Es cierto que ahora hay una mayor abundancia de proletariado, “los muchachos”, y por otra parte hay cada vez más abundancia de chicas, eso me llama la atención, las chicas siempre fueron de otro círculo…
-A mí me llama la atención que no haya violencia…
-Poly: Pienso que es como si estuvieran protegidos, estar ahí, todos juntos, dentro de esa situación, ellos sienten eso. Cuando hay un accidente, como un pibe que se sacó el hombro bailando, no es detonante, se queda en eso. Estaban jugando, jugaban y pasó un accidente. No fue acto de violencia. Se saben protegidos por la propuesta de la banda, por el sistema de seguridad que organizamos para que no les pase nada. Que no hay canas, que van a tener que resolver las cosas entre ellos, que no tienen que esperar que venga alguien. Porque si vos sabés que la policía va a intervenir ya estás predispuesto a la violencia. No digo que nunca pasa nada. A veces alguno se recibe un sopapo y está muy bien dado, pero eso no tiene trascendencia, lo arreglaron entre ellos y listo.
-¿Ustedes desde el escenario se enteran de cómo van los tiros ahí abajo?
-Skay: No, yo no me entero de nada, estoy metido en la música, a lo sumo tengo algunas imágenes de la primera o segunda fila de gente.
-Semilla: Yo tampoco me entero de nada.
Indio: Yo sí me entero, el cantante siempre está más allá del telón de luces, está bien que sea así, el cantante tiene que dirigirse a la gente. Yo necesito verlos. En algunas canciones los necesito, estoy con ellos, si no los pudiera ver ni sentirlos creo que no podría cantar del mismo modo.
-¿Se vive de esto, les está dando plata la independencia?
-Poly: Sí, ahora sí. Desde hace dos años.
-Skay: Casi desde el primer disco.
-Indio: Hace un tiempo no daba quizá para jugarse a dejar otros laburos, pero yo hace un año y medio dejé de trabajar en el hogar de niños.
-Lo que resulta raro es que tengan que tocar siempre en Cemento, no hay lugares intermedios…
-Poly: No hay lugares. Varios teatros dejaron de funcionar, otras han sido alquilados por sectas religiosas.
-Indio: Tampoco hay grupos intermedios, o está el super star que toca tres veces en Obras, o están los chicos que tocan en el almacén de la esquina. Hace un año podrían estar Sumo o nosotros.
-Y qué pasa en lugares como Luna Park, Obras…
-Poly: Se te va de las manos, ahí empieza el monstruo, hay que tener, por ejemplo, un equipo de seguridad que se te va de las manos, no sabés que puede estar haciendo el cana en la otra punta. Estos eventos existen porque no se nos van de las manos.
-Indio: Es fundamental que Poly pueda entrar a un baño donde le están pegando a un chico. El día que perdamos ese control se va a perder gran parte de la cosa, por eso no al Luna Park o a Obras.
-Vos me decías, Indio, que estabas medio podrido de las revistas de rock.
-Indio: En general no me gustan, yo no las compro. Leo todo lo que cae en mis manos.
-Semilla: A mí me atraen las imágenes. Leo revistas o diarios, leo historietas, la única revista que realmente me gustaba era “Cerdos y peces”…
-Entonces no hay nada que podamos llamar de una supuesta “cultura rock”…
-Indio: Yo creo que una cultura va más allá de las expresiones personales, más allá de que los chicos tengan datos sobre lo que ocurrió hace veinte años. Ellos hablan de una manera diferente, se visten de una manera diferente y quizá esto no tenga que ver solamente con los efectos de una cultura rock, sino con la apropiación que ha hecho el mercado de esa cultura y de esa estética.
-Yo conozco punks que al otro día se peinan de otra manera y van a trabajar de cadetes…
Indio: Eso tiene que ver con la difusión de la cultura rock, que permite ese tipo de desdoblamiento.
-Skay, ¿quién crees que va a ganar la próxima elección?
-Skay: Creo que Cafiero…
-¿Semilla, te aburre la política?
-Semilla: Sí, totalmente.
-Poly: A mí no, me gusta hablar de política.
-Indio: Mi candidato ideal no existe, tengo solidaridad con la humillación, pero no encuentro defensores de ella.
–¿Se irían del país?
-Semilla: No, para nada, porque estoy haciendo algo. Si no fuera así, por ahí me iría…
-Indio: Yo aún cuando no hiciera nada, no tendría esa disposición, no formo parte de los que tienen grandes sueños al viajar…
-Yo considero afortunados a los artistas. ¿No sienten esa suerte?
-Skay: Tiene que ver con las elecciones personales de cada uno. A nosotros nos empezó a ir bien hace poco tiempo. Creo que sí, uno es afortunado por el hecho de poder expresarse. Yo puedo decir que tengo suerte por contar con la música. El que uno siga en la cosa o no, depende del grado de elección.
-Indio: No se puede pretender de un artista que de soluciones a los demás, pero sí sabemos que el papel sensible que juega le sirve de modelo a una sociedad en la que vive. El artista desgarrador está anunciando que hay un sistema desgarrador. El artista cortesano anuncia que hay una cortesanía funcionando. Yo tengo que nutrirme con la sensibilidad de la que me hago cargo, soy justamente esas pulsiones, esa sensibilidad que pugna por un mundo que le sea acorde. Y en esa pelea hay que estar.



