Juguetes perdidos

LETRA

-Banderas en tu corazón
¡yo quiero verlas!
ondeando luzca el sol o no.
¡Banderas rojas! ¡Banderas negras!
de lienzo blanco en tu corazón.

-Perfume al filo del dolor
así, invisible
licor venéreo del amor
que está en las pieles
sedas de sedas
que guarda nombres en tu corazón.

-Son pájaros de la noche
que oímos cantar y nunca vemos.
Cuando el granizo golpeó
la campana sonó
despertó sus tristezas, atronando su nidos.

-Esperando allí nomás
en el camino
la Bella Señora está desencarnada.
Cuando la noche es más oscura
se viene el día en tu corazón.

-Estás cambiando más que yo
¡Yira! ¡Yira! ¡Yira!
asusta un poco verte así
¡Yira! ¡Yira! ¡Yira!
Cuanto más alto trepa el monito
(¡así es la vida!) ¡el culo más se le ve!

-Yo sé que no puedo darte
algo más que un par de promesas… ¡no!
tics de la revolución
implacable rocanrol
y un par de sienes ardientes
que son todo el tesoro.

-¡Tan veloces son!
como borrones (así, veloces)
hundiendo el acelerador.
Atragantados por los licores
soplando brasas en tu corazón.

-Vas a robarle el gorro al diablo, así
adorándolo como quiere él, engañándolo
sin tus banderas
sedas de sedas
que guardan nombres en tu corazón.

Este asunto está ahora y para siempre en tus manos, nene

oh – oh – oh –
oh – oh – oh –
oh – oh – oh –

Por primera vez vas a robar algo más que puta guita

Cuando la noche es más oscura
se viene el día en tu corazón.

Sin ése diablo que mea en todas partes
y en ningún lado hace espuma.


APARECE EN

Luzbelito (1996)
Indio en concierto (2015)

MÁS INFO SOBRE ESTA CANCIÓN

El álbum se cierra con Juguetes perdidos. ¿Sos de percibir, mientras estás componiendo un tema, que se trata de algo que puede llegar a ser especial?

Me doy cuenta de que se está convirtiendo en algo especial para mí. En todos los álbumes hay alguna canción así. Pero su materialización es determinante: a veces, esos temas que para vos pintan especiales no son los que obtienen más repercusión. Pero si me gusta a mí, eso basta: yo soy mi propio filtro.
De este disco, por ejemplo, me gustaba mucho Nuotatori. Me imaginaba ese coro medio bestial, la gente saltando y gritando al unísono en el estadio: OH oh / OH oh… Y Luzbelito y las sirenas, el arranque del álbum. Y la Fanfarria del cabrío. Las dos canciones viejas ya no me conmovían, porque estaba buscando otras cosas. Pero Juguetes me gustaba, sí: por los redobles, esa cosa épica.

¿Está dirigida a Walter Bulacio, como asume tanta gente?

No era sólo para Walter. Era para la suma del público. Walter era un representante especial por lo que le había pasado, claro. Pero yo les estaba hablando a todos. Diciendo —casi pidiendo— que quería ver ahí una unión de lienzos: las banderas de la anarquía, del comunismo, de la nueva izquierda, reunidas en esa otra cosa que eran Los Redonditos.
La mención al yira yira de Discépolo era una manera de animar a la gente a andar el mundo. Poco tiempo después, cuando nos prohibieron en Olavarría y dimos la conferencia de prensa, lo dije de otro modo: la vida dentro de una sandwichera de vidrio, entre algodones, no sirve de nada. ¡Agarren la mochila y salgan de casa! Era un modo de alentar a esos chicos a independizarse tempranamente, con la excusa del viaje largo. Algo que está bueno hacer de joven, en esa época de la vida en que te bancás cualquiera y curioseás hasta las cosas peligrosas.
A veces pienso que es medio sermonera, Juguetes. Parece que les estoy tirando cosas encima, fardos, a pesar de que no me dibujo bajo la mejor luz… El tipo que habla parece estar separado de la gente: es el cantante —o mejor: El Cantante—, que le habla a la gente que está ahí abajo. Yo no recuerdo haber hablado antes desde ese lugar.

Pero al mismo tiempo no suena a que estás bajando línea. Más bien estás diciendo: Miren, lo único que yo les puedo dar es esto…

Sí, es así: Un par de promesas / tics de la revolución / implacable rocanrol / y un par de sienes ardientes / que son todo el tesoro.

Al mismo tiempo que aclarás que todo el asunto está ya en manos de ellos.

También les digo que se caguen de risa del diablo, que no le tengan miedo porque no es tan malo como dicen. Luzbelito también está confundido. Si leés el Antiguo Testamento, te queda claro al toque que el que es bravo de verdad es el Jefe…
Debo haberme anoticiado ya de que la gente tomaba en cuenta lo que yo decía. Antes sólo me constaba de mis amigos. Y la letra desnuda a alguien que se permite decirles a los más jóvenes: Bueno, el diablo se comporta de esta manera. Pero es una aventura lírica, sin pretensión de conocer algo que para los demás es desconocido.
El tipo desvaloriza lo que dice, le baja el precio a lo único que puede dar. No alcanzan a ser consejos, son descripciones y hasta pedidos. Soy yo el que quiere ver las banderas, YO. Ni anarquistas ni comunistas al pie de la letra: Te quiero ver acá. Sería ridículo que yo me embanderase con las banderas conocidas, la representación convencional de la política. Mi manera de ver está relacionada con la experiencia psicodélica, soy de los pocos que no la abandona.
Yo trabajo en las zonas ambiguas del cerebro, donde están las preguntas. Eso es lo que formulamos: preguntas inquietantes e interesantes en el mejor de los casos.  Juguetes perdidos habla de un tipo que se está cuestionando a sí mismo en voz alta.
Lo que digo ahí tendría que decírselo a los pibes en todo momento. Porque si alguien sufre en tiempos como estos, son los jóvenes.
Lo primero que escribí fueron los redobles. Si escuchás la maqueta original, suena igual.

Es una canción cruda, sí, que se diferencia tanto de los temas más producidos como del sonido tradicional de lo grabado en Brasil. Y que —imagino—resonó por eso con tanta profundidad, en un tiempo que era brutal para todos aquellos que se estaban quedando fuera de la mesa tendida. En ese tiempo Menem ya había sido reelegido y el edificio de la Convertibilidad —la paridad peso-dólar establecida en uno a uno— crujía ominosamente.
Era un momento más que oportuno para decir: Cuando la noche es más oscura / Se viene el día en tu corazón. Versos que en 2010 evocó Pete Seeger, en una canción que arranca así: ¿Sabés que nunca se pone más oscuro que antes del amanecer? / Y es este pensamiento lo que me mantiene en marcha. ¿Soy yo, o esta no fue la primera oportunidad en la que pareciste estar trabajando sobre una intuición referida al final de Los Redondos?

Puede ser. Yo decía siempre, antes de salir a tocar: Esta es la primera y la última noche. ¡Porque bien podía serlo!
Los músicos se acostumbran al éxito y el éxito un buen día te abandona. Hoy nadie llena nada, un Luna Park en el mejor de los casos. Y muchos músicos se ponen mal, creen que eso significa que están en decadencia.
Todo mensaje tiene una capacidad de circular hasta que se agota. Si vos no producís un cambio, aun al precio de ir al choque con tu gente, tu palabra se agota.
Yo soy un caso raro al respecto, algo parecido a la excepción que confirma la regla.
Para los oídos jóvenes, las cosas que yo digo siguen siendo verdades que están fuera de contexto, alejadas del sentido común de la sociedad. Seguramente se lo debo a esa suerte de paraguas que constituye mi universo de palabras, donde se mezclan personajes que piensan diferente pero están vinculados por un discurso que no es jodido, que más bien es bienhechor.

Lo que a mi juicio termina de definir la relación entre la banda y las bandas es un verso que suele pasar inadvertido. Porque vos le dedicás varias líneas a aquello que podés darles. Pero mencionás como al pasar, casi con vergüenza, el efecto bienhechor que ellos producen en vos: los pibes y pibas soplan brasas en tu corazón. Sin ellos, el fueguito que te da energía se apagaría.

Hay momentos en los que te pesa todo: te combate la prensa, te combate la industria, te combaten los colegas… Todos te hacen mierda… ¡salvo los que te siguen! Esos pibes a los que les dijiste un par de cosas lindas, descubriendo que nadie se las había dicho antes.

Eso que se escucha al final y parece una cítara en realidad es una guitarra, grabada al revés.

Indio Solari en conversaciones con Marcelo Figueras. Este texto forma parte del capítulo 17 del libro autobiográfico Recuerdos que mienten un poco (Bs. As, 1era. edición, Editorial Sudamericana, 2019).


El análisis del blog ESA VIEJA CULTURA FRITA


Ante tanta sociología barata y zapatillas de tela, la opción es leer un testimonio en primera persona sobre cuánto de epifanía rockera puede provocar «Juguetes perdidos», el clásico que cierra Luzbelito. «Ese día, siendo apenas un adolescente un poco quemado, me di cuenta que mi destino era ser un redondito de abajo». Lo que confiesa la entrada del sábado 22 de diciembre de 2012 en el blog Ricoteros de Alma se completa con el objetivo altruista del sitio: «Patricio Rey nos resguardó bajo su ala protectora cuando la sociedad nos dejaba de lado, y hoy levantamos esa bandera y decidimos incluir a todas las almas desangeladas que andan naufragando por este mundo redondo». La subcultura ricotera ya instituyó una religión, con lo bueno (una pertenencia) y lo malo (un fanatismo sacrificial), y «Juguetes perdidos» es el evangelio que intenta subir la autoestima de los antihéroes del rock. ¿Acaso el «Heroes» de Bowie no sería su antecedente musical y temático? «We can be heroes/ just for one day». El tema tiene también algo del «Himno de mi corazón» de los Abuelos. Una épica melancólica para ángeles caídos, que heredaron Daffunchio y Las Pelotas en este siglo en hits como «Será» o «Cuantas cosas». En el último show en River, allá por abril del 2000, el Indio presentaba el tema así: «Teníamos pensado dedicarles esta canción a algunos redonditos que nos están mirando de las plateas más altas: a Gigio, a Mili, a Mavi, a Walter, a Leandro, a Mariano. Ellos están allá arriba. Ayúdenme, estoy muy emocionado». Sí, era una canción para los «redonditos de abajo», nomás. La otra gran marcha ricotera, el arrebato post-punk «Nuestro amo juega al esclavo» (89, pero podría ser Siouxsie 79), buscaba eso de comerse el dolor del otro, acercándose a una segunda persona, prestándole oídos y enseñándole a oír: «Escuchás caer tus lágrimas». En los 90, al ídolo rockero ya no le queda otra actitud ética hacia su público masivo que la conmiseración. En un paisaje post-Redondos, Callejeros no tuvo que «bajar» hasta el dolor de sus fans: estaban en la misma situación. Por eso, la identificación fue inmediata. Hablamos de «Juguetes perdidos» sin insinuar que la emancipación del espectador que propulsa la arenga solariana («Este asunto está ahora y para siempre en tus manos, nene») desemboca en la tragedia de Cromañón. Se trata de un paso de antorcha, no de bengalas.
Pablo Schanton, Las 20 mejores canciones de Los Redondos», Revista Rolling Stone Argentina, 4 de agosto de 2017


La frase «Cuanto más alto trepa el monito (así es la vida) el culo más se le ve», inmortalizada por Solari en «Juguetes perdidos», parece ser una referencia al libro «Así habló Zaratustra» de Friedrich Nietzsche:

«Tú caminas por encima de ellos; pero cuanto más alto subes, tanto más pequeño te ven los ojos de la envidia. El más odiado de todos es, sin embargo, el que vuela.»

Y en el mismo libro, más adelante, escribió:

«¡Vedlos trepar, esos ágiles monos! Trepan unos por encima de otros, y así se arrastran al fango y a la profundidad.
Todos quieren llegar al trono: su demencia consiste en creer – ¡que la felicidad se sienta en el trono! Con frecuencia es el fango el que se sienta en el trono – y también a menudo el trono se sienta en el fango».

Redondos Subtitulados, marzo de 2014


Aquellos afortunados que estuvieron presentes en la disco «Go!» de Mar del Plata, aquel frío viernes 7 de junio de 1996 fueron testigos involuntarios de un momento histórico para Los Redondos.  Esa noche Patricio Rey regresaba a los escenarios luego de seis meses de silencio: se habían recluido para grabar «Luzbelito», el octavo disco de estudio de la banda.

Por aquel entonces ya había comenzado el «éxodo redondo» hacia el interior del país: luego de los recitales en el Estadio Huracan de 1994 no volverían a tocar en Capital Federal hasta el año 2000, cuando realizaron los ya legendarios conciertos en el Estadio River.

Eligieron Mar del Plata para presentar el nuevo trabajo en tres noches memorables. Ese 7 de junio sólo tocaron algunos temas del nuevo disco. Sin embargo, en la lista apareció por primera vez «Juguetes perdidos». Quienes estuvieron en el momento y lugares indicados pudieron oir por primera vez los acordes del que tal vez sea el mayor himno redondo.

Sobre el final del tema, un Indio muy visceral nos grita:
¡este asunto está ahora y para siempre en tus manos, nene!

Fuente: Redondos Subtitulados


Indio en concierto (DVD, 2015)

En 2015 Indio Solari publica el film Indio en concierto, su primer DVD. En realidad la caja incluía dos CDs y dos DVDs, correspondientes a los shows que brindó en el Estadio Único de la Ciudad de la Plata en el año 2008.

El track nro 21 corresponde a la canción “Juguetes perdidos”. Sobre el final de la canción el Indio se dirigió a su público: «Bueno, de más está decir que estamos re agradecidos Los Fundamentalistas por el año que nos han hecho pasar. Han mostrado una fidelidad infinita. Han ido miles de kilómetros a vernos… vamos a darles un aplauso nosotros a ustedes… pasemos buenas fiestas. El año que viene vamos a tocar una sola vez probablemente, yo quiero entrar a grabar. Así que disfrutemos, saltemos y juguemos en estos últimos dos temas y nos vemos más adelante».

Según los créditos del disco, estaban en escena: Indio (voz); Julio Saez y Baltazar Comotto (guitarras principales); Martín Carrizo (Batería); Hernán Aramberri (Batería); Baltasar Comotto (Guitarra); Gaspar Benegas (Guitarra); Pablo Sbaraglia (Teclados); Marcelo Torres (Bajo); Alejandro Von Der Pahlen  (Saxo); Ervin Stutz (Trompeta); Deborah Dixon (Coros); Luciana Palacios (Coros).


Letra original manuscrita por Indio Solari

Durante la exposición que brindó en el año 2015 en la Biblioteca Nacional, Indio Solari por primera vez mostró algunos de los manuscritos originales de sus letras. Son tesoros invaluables que nos permiten descubrir el proceso creativo, y algunas de las modificaciones que les realizó a las canciones.

Acá podemos ver el manuscrito de «Juguetes perdidos», con las anotaciones y agregados realizados por el propio Indio.


FICHA TÉCNICA
Disco: Luzbelito
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
Duración: 07:10

Letras y música: Beilinson-Solari (Soppapa & Viridio)
La Orquesta: Semilla-Walter-Sergio-Skay-Indio
Lucifuegos Invitados: Metaleira Mantequeira en Blues de la Libertad y Mariposa Pontiac/Rock del País.
Lito Vitale en Blues de la Libertad, Mariposa Pontiac/Rock del País y Rock Yugular (Canción de Amor)
Rodolfo Yoria: trompeta en Fanfarria del Cabrío.

Luzbola Técnica: en Sao Pablo Estudio «Be Pop»
Capocañonero: Néstor Madrid
Asistentes: Silvio Vianni, Flavio R8, Rogerio

en Fort Lauderdale Estudio «New River»
capocañonero: El Magiar Brewer
en Buenos Aires: Estudio «El Pie»
capocañonero: El Magiar Brewer
asistentes: Eduardo Herrera, Hernán Aramberri, Bruno Opitz, Pablo Mochovky, Sebastián Ilman.
en todas partes: poly

Luzmaginación: Rocambole
Cybergráfica: S Reyes / J M Moreno / M Gimenez
Producido por P. Rey
Publicado P. Rey
Distribuido por DBN S.R.L.

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