Entrevista a Rocambole, previa a los show en River
Revista LA MAGA – Julio 2000. Por Martín Correa

«Los Redondos son sólo una parte de mi vida, pero debo agradecer que mi obra, haya trascendido de la mano de ellos», desliza el plástico Ricardo Cohen entre anécdotas de sus tiempos en la Cofradía de la Flor Solar, del exilio y de la docencia. La vida de un artista de La Plata que supo estar en el momento justo, en el lugar indicado.
Ricardo «Mono» Cohen, Rocambole, tiene su arte dando vueltas por las ciudades. Su arte viaja en remeras, va en mochilas, vive en pañuelos, flamea en banderas rojas y negras, y todavía convive con la nostalgia y la sortija de la calesita que una vez decoró.
Rocambole es el responsable de la estética de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, pero también es un sobreviviente de aquellos beatniks de los sesenta, de las comunidades que le huían a lo establecido y armaban cofradías con el objetivo de elucubrar cómo cambiar el mundo.
Ricardo «Mono» Cohen, Rocambole, vive en La Plata. Ahí pinta, ahí enseña lo que le fue escondido en sus tiempos, ahí se queda con su arte antigalerías. Amante de todas las técnicas, exploró por todos los rincones que pudo, y en eso anda todos sus días. Siempre llegando.
¿Cómo vive Rocambole?
Por un camino indirecto, creo que he llegado a disfrutar de una ancianidad confortable. A lo largo de todos estos años he hecho una cuantas cosas, pero recién ahora me doy cuenta. En general, la mayor parte del tiempo lo he pasado deslumbrándome con cuanta cosa me aparecía. Pocas veces le he dado el tiempo necesario a una técnica. Veo el aerógrafo y quiero laburar con aerógrafo. Veo la tinta aguada y quiero hacer con tinta aguada. Las técnicas siempre me estuvieron deslumbrando.
¿Cuándo nace el artista?
No me recuerdo sin dibujar. No sé si hay una cuestión genética o es algo que te señala en la vida, pero yo siempre supe que lo que tenía que hacer era dibujar. Y tampoco el hecho de dibujar «para algo», es decir «voy a ser famoso», o «voy a ganar guita». Es una manera de entender el mundo. Si al mundo no lo dibujo, no lo entiendo. Debo tener un tipo de cerebro que es visual: te están explicando algo o estás hablando por teléfono y te encontrás haciendo unos garabatos que te ayudan a entender lo que está pasando. Es una manera de ver el mundo y entenderlo. Hay algunos que eligen entender el mundo desde lo conceptual, desde lo literario, desde lo práctico. Yo fui elegido para ver el mundo de una manera gráfica.
¿Nunca otros caminos?
Es que siempre traté de ganarme el peso con el pincel o el lápiz en la mano. Esquivando algunos bultos he podido hacerlo desde chico. En una época pinté colectivos, y hasta una calesita. 0 la decoración de un parque de diversiones de La Plata, los letreros del Tren Fantasma. Después aprendí a admirar a Goya, que fue un maestro total de toda la vida, o a James Ensor, a Schielle, y a muchos otros que intentaba copiar desesperadamente. Todo ese cóctel fue dando finalmente lo que uno hace.
BIZARRO MUNDO
Hay quienes ubican a Rocambole dentro de lo caracterizado como bizarro. Tal vez tengan razón. Es cierto que sus figuras no lucen felices ni ostentan sonrisas fáciles.
¿Qué despierta ser considerado un artista bizarro?
El término bizarro es un neobarbarismo, porque bizarro para el idioma castellano significa heroico, valiente. Pero el término cambió. Fue a partir de Superman, donde el Mundo Bizarro era totalmente torcido, de ángulos agudos, con extraños duendes. Para el mundo de la historieta, el término bizarro denota imágenes un poco duras, fuera de las imágenes amables. Yo lo uso en esa lógica. De mis imágenes, algunos han dicho que es el viejo estilo siniestro. Busco imágenes efectistas, contundentes, oscuras, nada de buenaventura. Más bien dramáticas, quizás exageradamente dramáticas. Por ahí unos dicen “expresionistas», pero el expresionismo era un poco más profundo que lo que yo hago, porque no apelaba a los efectos.
COMUNIDAD
La Cofradía de la Flor Solar fue el refugio de varias mentes ardientes. En una casa liberada se juntaban unos cuantos compañeros de Bellas Artes de La Plata. Música, libros, pintura, escultura, artesanía, ideas.
¿Cómo decidieron fundar La Cofradía?
Fue cuando vino el golpe de Onganía. Yo paralelamente estaba vinculado al Centro de Estudiantes, y habíamos ganado las elecciones con una agrupación independiente que gritaba los slogans del Mayo Francés. Pero se hizo un poco irrespirable la situación en la Facultad de Bellas Artes, y fue ahí cuando emigré con alrededor de 15 o 20 estudiantes. Ése es el origen de La Cofradía de la Flor Solar. Nos fuimos a vivir a una casa todos juntos, y organizamos un comedor universitario. Queríamos hacer una universidad paralela, dar clases con los profesores que habían sido echados por el régimen de facto. Pero se fue diluyendo, porque se hizo más importante la parte que se dedicaba a la música. Cuando se terminó La Cofradía empecé mi viaje por la artesanía. Para el año 67, 68, iniciamos la «Artesanía urbana» que acá duró bastante en las plazas, en las ferias. Éramos amigos de Los Picacobres, los iniciadores en la Galería del Este de toda esa historia del metal repujado. También Marlon Vilella, un personaje muy conocido de aquella beat generation argentina. El nos inició en el repujado del cuero. Fundamos ferias, como la de Mar del Plata, la de La Plata, la de Plaza San Martín en Buenos Aires, Fuimos esos artesanos que la policía corría todo el tiempo.
LA DIÁSPORA
Cuando volvió la democracia -con Cámpora, en el 73- la policía tuvo que parar un poco. Pero se sabe: la primavera no duró.
¿Era un buen momento, 1973?
Sí. Algunos amigos que habían quedado en Bellas Artes me dijeron: «Vení que ahora está todo bárbaro, terminá la carrera, no seas boludo». Entonces fui, y completé toda la cursada. Como andaba bien en dibujo me nombraron ayudante, y cuando me tocaba tomar el cargo, en marzo del 76, había unos señores con borceguíes, perros y uniformes en la puerta. Tenían una lista con mi nombre, y no me dejaron pasar. Entonces yo recordé a mis amigos que estaban en Brasil, y me dije que era saludable hacerles una visita.
¿En qué parte de Brasil fue el exilio?
En San Pablo… Las playas tipo Buzios me aburren… a mí me gustan la ciudades densas, con arrabales, con smog… Es que el arte bizarro se da con las ciudades densas. Ahí vi que había fuerte arte, y decidí buscar laburo por ese lado. Llevé unas muestras de las cosas que hacía, e inmediatamente conseguí laburo en un estudio gráfico. Allí se hacían, casualmente, gráficas para rock. Y empecé haciendo afiches para Rita Lee, y después terminé haciéndole una tapa… la del disco que traía Lanzaperfume.
Rita Lee tenía una vida similar a la de ustedes en la Argentina…¡Os Mutantes, claro! ¡Yo era admirador! Fue un grupo paradigmático, un grupo avanzado para su época. En el 69 teníamos al disco de Os Mutantes en un altar.
¿Había relación con ella?
Si venía al estudio, regalaba las entradas. Recuerdo que para esa época la metieron en cana en su propia casa. Arresto domiciliario por fumar porro.
TODOS SE VAN
La Cofradía vagó por el mundo. El grueso se había ido a Europa, porque uno se ganó la lotería, el primer premio, y compró pasajes para todos: Pinchevsky, Morsi, Cubero, entre otros. En Inglaterra entablaron relación con el sello Virgin, Más tarde fueron a Francia y grabaron con Miguel Abuelo. Pisaron España, Marruecos, y volvieron ya como Punch junto a Miguel Cantilo. El periplo de La Cofradía fue Baires-Londres-Amsterdam-París-Ibiza-Marruecos y nuevamente Ibiza.
¿Se carteaban en aquella época, seguían en contacto ?
Siempre. Los de La Cofradía seguimos hoy en día en contacto total. Nosotros decirnos que La Cofradía nunca se separó, porque no era una pastilla que se disolvía. Algunos ya murieron -algunos incluso en su ley- como Hugo Pascua, que murió a flechazos en el Amazonas.
¿A flechazos?
El siempre quiso ser indio, y tenía el aspecto. Se fue a Brasil, hacía artesanías, y una vez volvió a la Feria de San Pablo vestido de indio, vendiendo arcos y flechas. Se había emparejado con una india, con la que tuvo un hijo. No sé qué transa tuvo con los indios -se portó mal parece- y lo encontraron acribillado a flechazos. Pero al nene lo encontraron bien, y ahora vive en La Plata con su abuela. Vos lo ves y es un pibe posmo.
DEUDA DOCENTE
Se acercaba el siguiente intento primaveral, el del 83, y los que iban a intervenir en la abandonada Facultad de Bellas Artes eran los viejos amigos de los viejos tiempos. Y así fue que Rocambole llegó a otro lado más.
¿Cómo surgió la vocación docente?
Surgió porque a mí me costó mucho investigar en las técnicas, A mí nadie me decía nada. Aquel que sabía una cosa se la guardaba. Tenías que investigar, observar, robar, buscar mil fuentes. Todo ese esfuerzo a mí me signó. Me dije que cuando yo pudiera, esto lo iba a regalar. La docencia me permite expresar toda la cosa que para mal o para bien aprendí, para que a algún otro le pueda servir. Así desarrollé la técnica de la aerografía, de la acuarela, del óleo acrílico, y en un momento dado vi las posibilidades de la computadora, que en realidad no me es demasiado deslumbrante, porque lo asimilo a lo que es el collage. Lo que pasa es que todo eso se hace fácilmente con una pantalla y una serie de botones y de ratones. Y a aquellos que leímos ciencia ficción desde adolescentes no nos es tan misterioso, porque suponíamos que todas esas cosas iban a existir.
Están los artistas más puristas, que reniegan de la computadora…Lo que pasa es que siempre que aparece algo nuevo hay un miedo. ¿No será superior? ¿No será que yo he vivido al pedo y que todo lo que he aprendido no me sirve para nada? Pero te metés y ves que las cosas tienen las mismas dificultades. El día que me digan que se inventó una máquina para dar ideas, ahí voy a sacarme el sombrero y renunciaré.
LOS REDONDOS
En el 77 empezaron Los Lozanazos, primeros shows de Los Redondos. Skay Beillinson, la guitarra, siempre estaba formando grupos. Rocambole le hacía la parte de los afiches, los volantes. Fue el mítico origen de Patricio Rey.
¿Cómo se dio esta sociedad artística con Los Redondos?
Con mi amigo Paúl habíamos puesto una industria de remeras trabajadas con sopletes, y nos fue bárbaro. Hacíamos pilas de remeras aerografiadas. Ellos estaban tocando y pensaron en un circo para el escenario. Nos pidieron también la ropa de las chicas que iban a bailar. Inmediatamente hicimos una mallas con estrellas, unos disfraces de Superman, un delirio.
El show de River va a ser diferente, pasaron los años. En River es todo absolutamente virtual. Y no les digo más nada porque Los Redondos no son nada más que algo de toda la historia de mi vida, una fracción de todos mis trabajos.
Sin embargo trascendiste públicamente de la mano de la banda…Yo debo agradecer mucho. Tengo dos cuestiones: una, que a mí me une fundamental y profundamente una amistad con Skay y con la Negra Poli, y estamos más allá de lo que pueda explicarse. Yo a Poli la siento profundamente en el corazón, y a Skay lo siento profundamente por una admiración que tengo por su música. Con Skay prácticamente no nos comunicamos hablando, porque él no es un personaje de hablar. Pero cuando yo escucho la música de Skay me siento invadido por una sensación notable de vastedad. Soy un fanático de Skay. Y con respecto al Indio, admiro profundamente su ingenio y su lírica. Me resulta absolutamente asombrosa su capacidad de poder producir una extraña asociación entre las palabras, extraña asociación que a mí me golpea. Además nos une la amistad, y la amistad -según me he dado cuenta ahora que disfruto de una vejez confortable- es lo más importante. Yo agradezco como un pedo del destino haber participado de la estela de Los Redondos, porque ha difundido mi obra. ¿Y que más puede pedir un artista -o más bien alguien que practica el fenómeno artístico- que su obra la vea la mayor cantidad posible de personas? ¿Qué más?