El futuro de la banda

Acerca de los show de Patricio Rey en River

Diario Clarín, 17 de abril de 2000. Por Patricia Kolesnicov

Vean esta noche como una de las últimas que tocamos», decía el sábado el Indio Solari, chiquito en tanto escenario, la voz lijada de bronca. Y «las bandas» -su público- gritaron que no. No en el retorno a la Capital, no en el estadio que dejaba claro que eran muchos. Habían ido a ser, a hacer el triunfo, no la despedida. «Una noche de cristal que se hace añicos», como cantaron con el Indio.

Sin embargo, las palabras de Solari no eran una sorpresa. Había corrido fuerte el rumor de que sería la última vez en vivo. ¿Acaso era mejor dejar de convocar a la fiesta para no exponer a los chicos -y a los grandes- a la violencia y a la represión? ¿Se habían convertido los recitales en -como dice la canción- «ensayo general para la alarma actual, teatro antidisturbios»? «Hay Redondos para rato» aseguró Poli, la manager de la banda, en un reportaje que salió en Clarín en enero. En marzo, en otra nota de Clarín, el Indio repitió que no, que no se separaban. Aunque dejó una grieta: «Las bandas -decía- no son eternas. Pero momentáneamente no hay nada que indique eso».

Los Redondos no querían líos. Por eso la cancha abría temprano, el recital era temprano, había seguridad. «Nadie quiere que ocurran despelotes, pero tampoco son producto de la incentivación de nuestra lírica» había dicho Solari en el reportaje de marzo. ¿Tendrá que callarse, para que no haya más heridos, la banda que cantó: «Los chicos son como bombas pequeñitas»?.


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