Leche y cojones

Muy buena entrevista a Indio y Skay. Entre otros temas, hablan sobre su relación con la fama.

Autor: Revista GX. Número 191. Agosto 1996

Actividades regidas exclusivamente por el principio del placer. Principio que alimenta cada jornada redonda desde hace años y que se manifiesta de todas las maneras imaginables, desde un nuevo tema nacido en la intimidad de una sala de música a una conversa nocturna que, whisky de por medio, reúne a cantante y violero después de un ensayo que les ha descubierto la maravilla tecnológica que se esconde detrás de un buen par de auriculares inalámbricos, de aquí en más fieles aliados del Indio en su juego de cantor. La excusa para charlar es la edición de Luzbelito, la más reciente producción de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, pero el encuentro excede un simple reportaje. Los temas se van sucediendo entre acordes que transportan y quesos a la pimienta, aceitunas y jamón serrano, preparados por las manos maestras de Poli. Así se pasan las horas… más de tres, y el Indio se ataja: Después cuando escribas esto aclará que la conversa fue más larga, porque los periodistas siempre eligen las mejores partes y parece que uno fuera un iluminado que habla desde no sé dónde. Es cierto, la tentación de citar los pasajes más sustanciosos de la charla esta presente, después de todo no se tiene tan seguido la posibilidad de escuchar de primera mano, por ejemplo, como nace un disco redondo, valga la redundancia…

Y Luzbelito en un principio fue una idea… 

Indio: Yo creo que uno tiene claro qué es lo que quiere desde el principio, primero tenés una imagen, algo que te conmueve, alguna relación y a partir de ahí empezás a tener claro qué cosas van y qué cosas no van en ese plan, qué personajes de los que vos tenés se ponen bien la vestimenta para este disco y cuáles no, y con la música sucede lo mismo. Porque una cosa es cuando vos arrancás una canción desde la guitarra y la voz nomás y otra cuando ya tenés un poco la idea y arrancás de elementos que son bastante determinantes como es la dinámica rítmica, la armonía… si vos tenés en idea, un concepto dramático, las armonías y los elementos que vas a utilizar están condicionados por eso, es muy difícil que pongas un pífano; puede ser, todo puede ser porque por ahí los pasás por un procesador, pero generalmente cuando tenés una idea así, aparece el sonido de guitarras que es el alma de la banda, y lo que aparece alrededor, cellos y otras cosas, están indicando un sentido dramático que cuando hacés un álbum más despojado, más pop, con la banda nomás, te podés permitir otro tipo de comedias o de juegos irónicos. En este caso la idea básica el personaje “Luzbelito” presenta esta especie de cosa densa, de densidad sonora, y bueno ahí fuimos remando y estamos conformes con lo que hemos hecho, creo que está relacionado lo que se dice, las historias que se cuentan, con la música.

Skay: De todas maneras grabar esa idea quizás es la parte más difícil porque por un lado en el momento en que armás el tema ya tenés claro qué es lo que estás haciendo, que a lo mejor es algo bastante austero, pero después cuando grabás no es lo mismo traducir… grabar es otra cosa, no es lo mismo que tocar en vivo, no es lo mismo que componer, es otro mundo. Tenés que entrar a ser más sutil con la búsqueda de los sonidos que vas a usar.

Indio: Claro, pero ahí ya estás perfeccionando una idea, un poco cuando terminamos las demos el drama fundamental ya estaba, lo que pasa es una cosa es trabajar con una Fostex de 8 canales que tiene posibilidades muy reducidas y en la que encima estás haciendo como cuando dibujás, un bosquejo que lo vas a terminar en un estudio. Ahí vas a escuchar el sonido real que tienen las texturas que pensaste y las modificás, pero en última instancia en las demos desarrollamos algo que ya estaba implícito en los temas que hice yo o Skay, después nos juntamos mezclamos y ahí ya quedó un carácter y después si se vino otra pelea grande que es que eso rinda en un estudio y empezar a pelar las cosas… es como todo.

Skay: Tocar con la sensibilidad, como dijo Harrison, hacer los temas tocados en buen espíritu, no es lo mismo un tema tocado así nomás que cuando le podés poner toda la carga espiritual que necesita.

Indio: Sobre todo porque es muy fácil tener un buen espíritu en un directo dónde estás recibiendo toda esa carga energética, estás entregado, perdido ahí arriba y cuando te perdés la cosa pasa a través tuyo con una facilidad muy grande. En el estudio tenés la cabeza llena de preocupaciones, la cosa es mucho más fría, decí que nosotros transformamos el estudio en una especie de juego, en algo lúdico.

¿Qué lugar ocupa lo lúdico en el universo redondo?
Indio: “Acá está mi amigo que no me va a dejar mentir… yo creo que es eso. Uno elige, así como uno elige mantener una indignación para sentir que siempre está joven, también el juego es parte de esta especie de lucha que uno tiene por no dejar que la vida se le imponga. Para nosotros lo lúdico es lo fundamental, porque si no son como cruzadas en las que vos querés decir algo a alguien, entonces mientras tanto hay un sacrificio terrible y yo no creo en esas cosas. Nosotros creemos en el principio ordenador del placer como cosa, entonces el único plan bueno para nosotros es el que nos permite sentirnos vivos, disfrutar, jugar, probar, eso es lo que hace que esto nos entretenga. Este vínculo funciona porque seguimos jugando como cuando éramos chicos, el día que eso no pase es muy difícil que por hacernos cargo de la historia de Los Redondos y todo eso, sigamos, porque no sabemos vivir sin darnos esa alegría. Aparte lo musical es lo que nos mantiene vivos, él cada vez que tiene un ratito se pone a tocar la guitarra y yo también y a componer, porque es lo que nos gusta hacer; más allá de adónde van a ir a parar esas canciones, porque muchas veces tanto en él como en mí hay un montón de canciones que están ahí perdidas y que no fueron a parar a ningún lado y hoy debe haber hecho una y yo ayer debo haber hecho otra canción. Son cosas que uno empezó a hacer disfrutando y bueno, eso justifica la vida, no hay muchas justificaciones mayores, no?

Una de las frases más comunes frente a un tema de Los Redondos suele ser “no entiendo lo que dice”, sin embargo como si en eso no existiese contradicción alguna, más y más seguidores se dan cita en cada pueblo en que la banda decide presentarse en vivo.

Indio: Más allá que yo no tengo derecho a decir que lo que uno hace es poesía- Indio- la poesía es eso, es lo más cercano que hay a la música, es casi pura forma; lo que hay de conceptos es a lo que se atreve aquel que se entrega a una poesía a recibir, pero en realidad en la mayoría de las cosas no estás detallando algo linealmente o lógicamente como si fuera una prosa en la que tenés que explicar algo. En general es algo que se lee acá-(se toma el pecho)-, por algún motivo una alineación de palabras que elige alguien son conmovedoras y otras no, eso es poesía. Si hay poesía esas cosas tienen que pasar, tienen que leerse acá y ése es un poder que tiene la palabra como lo tiene la música. Las canciones están privilegiadas porque tenés la ventaja de que en una canción hay una música que esta confirmando, que está afirmando lo que vos estás diciendo… si tu preocupación fue esa y lo hiciste bien es mucho más probable que tu poesía sea conmovedora. Pero de cualquier manera la razón de ser de la poesía es eso, la poesía no se tiene que entender con la cabeza porque sino en ese filtro se pierde casualmente… tiene que ir directamente al corazón, es ahí donde tienen que leerlo y eso es lo maravilloso que permite que gente que tiene una formación muy dispar, que quizás no ha leído lo mismo que vos, que no está formado de la misma manera que vos, pueda conmoverse y emocionarse ante algo que vos decís. La única razón que justifica eso es que un montón de barreras o todo aquello que debiera haber aprendido a disfrutar de eso quedan de lado literal o momentáneamente porque esas letras estan sonando, tienen una musicalidad, también están diciendo algo que yo entiendo y me emociono sin necesidad de que pueda describir con pelos y señales de qué carajo me está hablando este tipo. Yo creo que la riqueza está ahí en la recreación, en la complicidad, la poesía necesita una gran carga de complicidad, aún la poesía escrita, esa emoción que uno puede tener cuando lee una poesía es una complicidad íntima que tenés con alguien que escribió algo y que en algún lugar está conmoviéndote de alguna manera que significa.

Eso es lo que debe pasar, después si pasa o no pasa es el gran misterio, a gente que aparentemente es más talentosa no le pasa y a gente que por ahí es más patadura como es el caso nuestro, sí. Evidentemente uno recoge esa necesidad de la gente o esta sujeto a las mismas cosas, no sé cómo es, pero dice algo y resuena. Una de las cosas que a uno le llaman la atención es cómo chicos jovencitos pueden estar vinculados con cosas que uno escribe desde una edad más madura de la vida, ya somos hombres muy hechos, y sin embargo vos te das cuenta que no es que están embelesados en la nada, es más, yo creo que terminás de darte cuenta de la dimensión que tiene lo que decís recién en ese momento. Cosas que vos has escrito desde un lugar a veces hasta medio introspectivo, un lugar solitario, tiene una confirmación cuando ves a esos chicos que están cantando todos a voz de cuello y los ves emocionados. Sinceramente yo los veo a los chicos muy permeables, lo veo cuando rescatan frases y las ponen en sus banderas, no creo que sea azaroso, que podría ser esa frase u otra.

Hace lo que uno quiere, cuando quiere y como quiere. Frase repetida que no ha perdido su valor literal en el caso de Los Redondos. 

Indio: A mí me satisface y me deja pleno esto que yo no tenía pensado a estos años de estar coqueteando en esta cosa de que hubiera éxito y que nos fuera bien haciendo canciones y que tuvieran tanta resonancia y tanta trascendencia en tanta gente. Porque con Skay empezamos haciendo canciones en los asados o en las reuniones y la primera confirmación son los amigos a los que les gusta lo que hacés y ahí después te animás y te subís a un escenario y aparecen cien personas a las que les gusta lo que hacés y esa es la única cadena que uno recuerda como prueba o como confirmación de lo que uno hace, el hecho de que paulatinamente hay cada vez más gente a la que le gusta lo que uno hace y que uno está conforme con lo que hace, no en el sentido de que una vez que uno encontró una fórmula, repetirla… si lo que vos querés es pasar la vida entretenido, tenés que arriesgar, tenés que ir modificando tu manera de ver las cosas y que te vaya pasando la vida para que también tu música vaya pasando la vida. Y bueno, esta fidelidad de tantos años a uno no deja de sorprenderlo también. Esto es una cosa que desde afuera es muy difícil de entender, es que uno sabe cuáles son los mecanismos. Puede llegar un momento en que uno se acostumbra y ya sabés que hay miles de personas, pero todo el momento previo, el proceso uno mira también azorado eso porque desde la intimidad el valor que le puede dar a lo que uno hace es muy relativo, son cosas que hace inevitablemente, tiene un amigo con el que inevitablemente hace canciones porque es lo que les gusta hacer, lo que hicieron toda la vida y a partir de ahí por qué corren con suerte, no sé. Gracias a Dios no sabemos, yo creo que el día que esas cosas se sepan, no sé si en el caso de uno, pero por qué no pensarlo, uno podría hasta tentarse de copiarse a sí mismo.

Y esa es otra de las frases que circulan con relación a los últimos discos de Los Redondos…

Indio: Yo lo he escuchado últimamente nomás, ahora en este disco que lo comparan mucho con Oktubre, sinceramente no le veo mucha comparación.

Skay: Yo creo que en lo que se equivocan es en lo que es copiarse a sí mismo con cierto tipo de estilo. Lamentablemente uno compone y no le sale de otra manera, algunos lo verán como que uno se está copiando a sí mismo.

Indio: Lo que es probable es que hay un par de características que tiene la música nuestra que… una es la tímbrica de las violas de Skay la otra el timbre de mi voz, que generalmente tienen un lugar medio privilegiado en el sonido y que son tan personales, que hacen que… entre Motor Psico y Luzbelito o entre cualquiera que piense no encuentro mucha ligazón más allá de que como dice Skay las hicimos nosotros y tiene las violas y mi voz. Pero realmente son canciones muy diversas y ni siquiera tienen una dinámica rítmica parecida. Si comparás las canciones por los motivos melódicos, armónicos y rítmicos, hemos hecho de todo blues, rock, pero también hemos hecho cada locura como temas de music hall.

Llega entonces el recuerdo del único pedacito instrumental en la discografía redonda, aquel extraño teclado que cerraba Gulp!

Indio: Hace muchos años fuimos a tocar a Azul y paramos en la casa de la familia Meyer, me acuerdo que en la habitación donde yo dormía había un piano y todos los días nos despertaba uno de los chicos que tocaba bien el piano y hacía ese tema. Justo después entramos a grabar el disco y se me ocurrió decirle a Lito de poner como un color de lo que nos estaba pasando y Lito por supuesto hizo ta-ta-ta-ta- y enseguida toco eso, no hay nada más, lo hizo sólo con unos palitos y puso esa como miscelánea ahí atrás. En realidad sí, no hay ningún tema instrumental. Puede ser que aparezcan lugares en los que nos ponemos a jugar como hay en Lobo suelto Cordero atado, nosotros les decimos misceláneas o separadores que son como texturas o juegos o cosas así. Son como otras cosas que hacemos con Skay que de pronto no se vehiculizan a través de Los Redondos y que están ahí esperando algún momento, en algún momento en alguna vida, no sé cuando será… que nosotros le llamamos el folclore universal. Es como ponerse a jugar con ruidos, texturas y cosas y generar como una… esos sí son más cinematográficos porque en general, son demasiado libres y donde uno se juega y se aparta incluso de la cultura rock

¿Por qué en sus temas lo prohibido siempre tiene género femenino?

Indio: Yo no lo había pensado, ahora que lo dijiste lo voy a pensar, puede ser… supongo que sí. No sé. Puede ser una mirada que uno no ha hecho y está en lo que uno hace. No sé si lo prohibido, lo que encuentro en general en las canciones que yo hago es que no son muy edulcoradas, las que son como de amor- por llamarlas de alguna manera, porque la mayoría son canciones de amor-, generalmente relatan de chicas que son más vale de dagas llevar. No son rubiecitas de San Isidro, son chicas como la cieguita de Strattocaster, chicas rapaces que a mí son las que más me han gustado siempre. No me gustan mucho modositas y cuidadas y todo eso. Yo tengo una relación con esas cosas propia de la cultura, la cultura nuestra ha hecho con sus relaciones amorosas de todo, desde amor grupal hasta llegar a la perversión de la fidelidad, que es una de las perversiones más grandes que hay y que a veces hasta uno también se da el lujo de practicar. Con relación a eso no siento nada prohibido, en absoluto, sólo que trato de pensar en lo posible… aparte que son las relaciones de las cuales yo he sido testigo, por el tipo de gente con el que me he juntado nunca fuí testigo de relaciones de amor muy dulces, realmente son todos unos quilombos porque es gente generalmente con mucho ajo encima y hay dolor, hay quilombos, hay pugnas, competencias. Pero en general desde la canción esa situación se ve con cierta simpatía, es como cuando uno putea contra aquel con quien tiene una relación, pero por otro lado al mismo tiempo está esclavo de esa circunstancia. Las sociedades entre las personas, vamos a hablar de hombre-mujer o esas cosas, generan todo tipo de zozobras en uno y para mí las más entretenidas son cuando alguien te toma el tiempo, tiene cierta insolencia con vos… Uno ha vivido en la bohemia con gente que esta medio marginada y generalmente las relaciones de amor son relaciones de un ajo fuerte, no son relaciones bucólicas y diáfanas y dulces, sino más vale fuertes, intensas donde hay de todo, hay engaños… Sin embargo creo que eso es la sal de las relaciones, sin esas cosas no sé… pueden ser mucho más virtuosas, pero son menos entretenidas seguramente.

¿Cuesta hacerse cargo de una trayectoria tan pesada?

Indio: En el caso nuestro puede provocar en algún momento algún fastidio porque uno es medio fastidioso, no tiene un carácter de los más potables. Detrás de todo lo que uno hace hay como una especie de seductor compulsivo porque el artista es un tipo con el que lo que funciona es la necesidad de seducción que tiene, favorecida porque está en algún lugar privilegiado por distintos motivos, está subido a un escenario, en el caso de un músico de rock y tiene las luces, el micrófono, el potencial de las canciones que hace y de pronto podés encontrarte con 40 mil personas que están vinculados con vos a través de esa seducción de la que en el único lugar, porque son miles y miles de personas y esa seducción trasladada al requerimiento permanente de la gente que te quiere y te llama por teléfono, que te toca la puerta, puede fastidiarte pero en el caso nuestro no porque en realidad no tenemos tampoco una exposición permanente, no tenemos ni afinidad ni sintonía con los lugares donde se ejerce esa presión que son los lugares de moda donde van los músicos, donde están los productores, donde se vive un ensueño propio de ese círculo. Yo estoy viviendo uno de los mejores momentos- tengo muy mala memoria- en mi vida en general, no he sido más feliz ni en la adolescencia, ni en la niñez, estamos montados en un plan que queremos que nos permite hacer lo que queremos.


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