Se hicieron esperar pero valió la pena. Luego de casi un año de silencio, Los Redondos reaparecen nada menos que con dos discos que contienen 25 nuevas canciones- la potente obra conceptual Lobo suelto-Cordero atado- y dos presentaciones en el estadio de Huracán (que incluirán dos pantallas gigantes de video), con un concierto diferente cada día. Para que nos contaran todo lo que pasó durante este tiempo estuvimos con la “plana mayor” de la banda: el Indio, Skay y Poli. Lo que dijeron, en esta jugosa entrevista exclusiva.
Revista Vos. Año 1-N° 30. 10 al 16 de noviembre de 1993

Supongo que para una banda como Los Redondos y a esta altura de su carrera, a la hora de hacer un disco la autoexigencia debe ser muy fuerte.
Indio: Exacto, se te va instalando sin que te des cuenta. De movida, querés superar lo que ya hiciste. Y eso es una cosa que hasta ahora venimos haciendo bien; yo creo sinceramente que desde el primer disco hasta acá hemos ido mejorando, no sólo en la calidad de grabación. Hay temas de la primera época como “Semen up” que los escucho ahora me resultan excesivamente largos. Lo que pasa es que en esa época componíamos en función de los pubs, y en esos lugares si vos lograbas el clima la canción podía durar 7 minutos.
Y además, no tenés ganas de padecer las cosas que ya padeciste varias veces, como el sonido de las guitarras, el sonido de la batería, llega un momento en que decís basta. Quiero grabar un disco que tenga un sonido firme, con una base firme. Y tenés que ir haciendo, probando y corrigiendo, que fue lo que hicimos en este disco. Cuando nos fuimos a Estados Unidos, fue porque habíamos estado muchos meses metidos dentro de la misma situación. Teníamos las tomas, ya habíamos grabado todo, pero vimos que ya no daba para hacer las mezclas en la misma circunstancia, estábamos cansados de la rutina de El Cielito (el estudio de Castelar). Y la única manera de darle una nueva vuelta de tuerca a eso era cambiar totalmente, irnos a otro lugar, otro estudio, otros asistentes. Y esas son decisiones que llevan tiempo. Esto es un eterno descubrimiento. Vimos que teníamos ganas de hacer un álbum doble, que la idea era buena, y lo que ha sucedido- gracias a la testadurez que tenemos- es que lo logramos.
Porque no es tan simple encarar una producción doble y que los temas sean diversos pero parejos, no que haya dos o tres temas buenos por disco y el resto sea relleno. Porque lo que sí teníamos claro, sobre todo cuando nos fuimos de acá con Skay a terminar el trabajo allá, era que si sobre los 20 temas del disco había 3 o 4 que no sentíamos que estaban bien, no salía doble Y bueno, somos lo suficientemente cabezaduras como para tardar todo este tiempo, pero que saliera. Me parecía que era una buena onda poner un buen huevo este año. Hacer un álbum doble, para toda la gente que piensa que estamos por separarnos y esas cosas. ¿Qué estuvimos haciendo? Estuvimos laburando, todo este tiempo.
¿Desde el principio se plantearon la idea de hacer un doble?
Indio: Sí, la idea fue primero. Cuando se planteó la idea de trabajar, al margen de que Skay tenía algunas ideas en su consola y yo en mis demos, nos propusimos hacer un disco doble. Sospechábamos, por la cantidad de ideas que teníamos, que podíamos hacerlo, si es que no se pinchaban muchos temas. Pero todavía el concepto no estaba, porque yo primero sanateo en inglés y recién pongo las letra cuando el tema está más o menos avanzado, cuando vemos que es posible, aunque después pueda quedar afuera. Una vez que vimos que había un montón de temas hicimos los primeros demos, y cuando ya estaban los temas y las músicas mas o menos redondeados y llegó el momento de hacer las letras, ahí apareció el concepto. Entonces se me ocurrió todo el asunto del cordero y el lobo, las cartas (que aparecen en los CD). Después de esa primera etapa de demos, en el verano Skay arrancó para Brasil-porque también estábamos viendo estudios por la posibilidad de hacerlo allá- y yo para República Dominicana, donde escribí las cartas y buena parte de las letras. Volví con todo eso y ahí se empieza a concretar el concepto, con todas las letras y los textos, ver de darle una unidad.
Y también nos pasó que de movida casi todo el material tenía como una densidad, y en un momento nos pareció que los temas nuevos tenían un gran “beat” y eran muy aguerridos. Pero quizás era todo demasiado denso: faltaba un poco de frescura. Entonces se nos entró a meter el cordero en el asunto, y la idea fue recurrir a algunos temas de hace mucho tiempo, como “Negrita”, el “No late más”- que ahora se llama Lobo estás?- y dos o tres más que ingresaron como necesidad, ya que un poco había copado el temperamento del lobo, esa elegancia de las fieras que uno le adjudica. Porque todo tenía que ver con ese clima, como “Yo caníbal”, el “Lobo caído”, temas muy buenos pero que si no había una frescura en el medio iba a dar una idea demasiado densa. Porque el concepto general es un poco esa ambigüedad de los dos personajes que en esas dos cartas- a pesar de ser los que encierran la ecuación de ese equilibrio casi sangriento que hay entre el lobo y el cordero- están pintados como personajes que se reconocen formando parte del otro. Que es una de las ideas que en su momento también le dimos al Mono (Rocambole) para la gráfica: tratar de que el lobo tuviera un poco de inocencia y que el cordero fuera un poco morboso. La idea es que todos tenemos un poco de los dos personajes. Quizás una buena idea de aquí en más sería reconocer la ambigüedad que tiene la gente, lo misteriosos que somos todos, que no somos seres que se pueden encuadrar fácilmente.
Ahí, con la gráfica también terminó de consolidarse el concepto, porque no es una ópera, son un grupo de canciones que están abarcadas por un concepto. Y quizás la llave de esa ambigüedad y ese equilibrio entre los dos personajes sea la belleza. A esta altura me interesa no tener pudor de hablar de la belleza, porque es un símbolo de símbolos. La belleza tiene tantos significados como estados de ánimo tiene la gente. Puede revelarlo todo porque no expresa nada. La música, al ser casi pura forma, permite tener un acceso directo a eso, y cuando llegamos al concepto, lo que hicimos fue simplemente acentuar esta idea, de que lo más que puede hacer la poesía es jugar un poco con la belleza.
Después de eso nos trasladamos al Cielito a hacer las tomas ya con las letras, y creo que finalmente de las ideas originales quedaron dos afuera, o sea que casi todas toleraron el tratamiento, por supuesto que con distintos grados de dificultad.
Esta banda ya tiene un pulso natural y hay ciertos temas que salen con mucha facilidad, y hay ideas que quizás son más ambiciosas cuando uno las genera en la soledad, pero que después cuando hay que trasladarlas a la banda con cortes, cadencias afro y cosas más raras, cuestan más. Pero en general los temas, más allá de ese par de ideas que quedaron en el camino, fluyeron bastante bien y estoy muy conforme con cómo quedaron. Las ideas que yo tenía en general crecieron, se enriquecieron con el sonido de la banda.
Pero las canciones hay que grabarlas bien y mezclarlas bien, porque la tímbrica en la cultura rock es fundamental, no es cuestión sólo de melodías y armonías, porque si vos soñaste un sonido para tu guitarra y después sale opaca, no rinde lo mismo. Ahí medio nos empantanamos un poco en el Cielito, al final. Entonces nos miramos con la Negra y con Skay y decidimos probar ir a mezclar afuera, que de todas maneras es una idea que estaba presente desde hace rato, pero este era el mejor momento porque teníamos dudas con lo que estábamos haciendo, no nos gustaban las mezclas. Para esto supongo que colabora la saturación de la que hablábamos antes, porque nos habíamos pasado seis meses metidos en el estudio. Y disfrutamos mucho el trabajo allá, porque agarrábamos un tema, y al final de la jornada estaba mezclado.
¿Lo que hicieron en Estados Unidos fue la mezcla y el mastering?
Indio: Primero fuimos a Miami, al estudio New Riversdale, y mezclamos todo otra vez. Después me fui con (el técnico) Mario Breuer a otro estudio en Sout Beach, a editar, darle un orden, hacer los fundidos, porque este disco tiene misceláneas, hay aullidos de lobos, montones de cosas. Y de ahí fuimos a Los Angeles a hacer el master con Bernie Grundman, que es un tipo que en el pasillo del estudio donde trabaja tiene los discos de oro donde él participó, y están Madonna, Prince, Michael Jackson, un montón de gente. Nos gustó mucho el trabajo que hizo.
NOTICIAS DE AYER
Recién me describiste el álbum en términos muy poéticos. Me gustaría saber si también obró como detonante la realidad, porque también parece una descripción muy certera del momento que se está viviendo.
Indio: Yo creo que es inevitable. Aún cuando uno haga una canción de amor, va a estar teñida de la circunstancia en que está metida. Yo creo que la letra de una canción no tiene que arruinarla, no hay nada peor que dedicarse a una canción y que el tema sea tan efímero que al año siguiente no puedas cantarla más. Entonces uno no elige jugar con la poesía de manera que el misterio que tiene una canción, aquello que detona en los demás el interés por escucharla y recrearla, perdure el mayor tiempo posible. De ahí que no soy muy amigo que de que los titulares de los diarios se reflejen en una canción. Lo que es inevitable es que cuando vos pintás un personaje, aparezca la descripción de su ámbito y la circunstancia en que se mueven. “El botija rapado” o “La hija del fletero” relatan algo más allá. “El botija rapado” describe la Colonia Berro, un lugar donde están internos unos chicos y donde este personaje dibuja unas ventanas abiertas y un buen día se raja, describe algo que está más allá de lo que vos elegiste para desarrollar la historia poéticamente.
Este disco es la primera aparición fuerte de ustedes después de un episodio marcante en su carrera como fue lo de Walter Bulacio. ¿Cómo los modificó todo eso?
Indio: Más allá del sentimiento que uno pueda haber tenido, a nosotros sinceramente no nos descubrió nada nuevo ese hecho. Por ser de la generación que somos, si a vos te han matado amigos o te han torturado, difícilmente un hecho de ese tipo descubra algo nuevo. Lo que tiene de nuevo es que uno está involucrado por algún motivo y tiene una postura pública, una actitud, y trata de ser sincero y coherente con lo que uno piensa. Hay una parte de “Lavi Rap” que dice “el último show no murió casi nadie/ se fue vacío el furgón de los fiambres/ cubrieron la mierda de azúcar negra/ en el Lavi Rap”. Si vos tenés mala saña, podés interpretar como que uno está mofándose; lo que uno está diciendo es precisamente todo lo contrario. Lo mismo que dijimos en ese momento: eso está pasando todo el tiempo. Cuando se cubre la mierda de azúcar negra es que vos hacés una selección, de en algún caso señalarlo y en otro no, por distintos intereses.
Poli: Eso es lo que nos enseñó. Nos mostró mucho más descarnadamente, cuando nosotros fuimos parte de la utilización. Porque haste ese momento podría decirse que uno creía todavía en algunas cosas. En ese momento vemos cómo se utilizaban esos hechos por ciertas personas para llevar agua a su molino. Y eso de alguna manera modificó. Pero no el dolor, sino los valores que uno tenía con respecto a ciertas personas, instituciones, movimientos o grupos, o al periodismo, o a los políticos.
¿Eso fue lo que de alguna manera determinó que dejaran de dar notas?
Indio: Yo creo que sí. Porque creo que estamos en las postrimerías de una cultura. Yo tengo cuarenta y pico de años, y pienso que lo más conveniente para mí es aprender para ver si puedo seguir siendo apto, para no estar fuera de la vida. Y esa pista, en toda su inocencia, la tienen los jóvenes. Siempre se ha entendido que los músicos de rock-quizás porque fueron las últimas personas creíbles- les han estado diciendo de qué manera ver la vida a los jóvenes. Pienso que durante un largo proceso de esta cultura rock, eso no estaba mal. Pero creo que ahora ya es muy tarde para eso, que lo mejor que le puede pasar a la gente de nuestra edad es ser un soporte cultural y anímico de eso. Si vemos que somos vehículo o vínculo de miles de jóvenes, vamos a seguir tocando y perdiendo tres kilos por show. Porque puede ser que sea útil de alguna manera el recuerdo, la memoria que uno tienen y los chicos no. Pero seguramente en los nervios de estos chicos hay mucho dato del futuro que es mi tesoro, aquello que yo debo estar enterándome y que ellos me informan. Que la cultura se renovara, y no que se repitiera el “revival” de los 50, de los 60, de los 70, que esas cosas ya las sabemos. Pero ojalá viniera una cultura que nos traiga una novedad, algo que nos diera oxígeno. Y creo que va a pasar, pero como pasan estas cosas… quizás al final de este siglo. Mientras tanto, el rock seguirá rompiendo las pelotas.
PREPARANDO HURACAN
LOS CONCIERTOS
¿Cómo fue la decisión de volver a presentarse después de tanto tiempo?
Indio: Presentarse estaba supeditado a generar un nuevo caudal de canciones. Y habíamos decidido no salir a tocar hasta presentar todas las canciones nuevas y este disco nos llevó un tiempo por la misma dimensión que tiene. La idea de hacerlo así en dos días, y presentar cada uno de los días un disco distinto, es también por el hecho de que sale el trabajo muy pegado a la presentación. Y como parte de nuestro show es la gente cantando y todo eso, decidimos presentar un día Lobo suelto, mezclado con temas viejos para que haya una dinámica en el recital, y al día siguiente Cordero atado, también con temas viejos. Cosa de que haya caído, porque cuando la gente no sabe las letras hay como otro clima y con Los Redondos cuando saben las letras cantan todas las canciones.
¿Los temas viejos también cambiarán entre uno y otro día?
Indio: Sí, los dos shows son bien diferentes.
Skay: Llamamos a uno Lobo suelto y al otro Cordero atado, pero sin embargo es una misma obra, una sola historia. Es simplemente para poder dividirlo en dos días.
¿La demora no se debía también a la falta de lugares para tocar?
Indio: No. Problemas para tocar hay siempre, sobre todo cuando uno supone que maneja una cantidad grande de gente. Pero como en este caso, siempre la Negra (Poli) sale con algún lugar de la manga, que no está dentro de lo que la gente conoce. Hasta ahora siempre hubo tres estadios, Ferro, Vélez y River, y Obras como estadio cerrado. Ahora aparece en la paleta uno más que es el de Huracán, un estadio muy lindo que es como una “bombonerita” chiquita y ahí vamos nosotros a inaugurar, como hemos inaugurado casi siempre.
Skay: Y Patricio Rey se siente muy contento de que se en el Parque de los Patricios (risas).
¿El hecho de tocar en un estadio hace que el show se modifique, o que se preparen de manera diferente?
Indio: Más que nada la preocupación en los ensayos es que no tenemos escenario hace mucho tiempo. En la sala está sonando todo bien, pero hace muchos meses que no estamos “on the road”.
Skay: De todas maneras, la diferencia más grande se da en la cuestión de organización. Todo parece que se multiplica por mil, especialmente los problemas (risas). No es lo mismo un lugar de 5000 personas que uno de 40.000.
Indio: Como invitados van a estar el “Conejo” Gabriel Jolivet en guitarra, y el violinista que tocó en el disco, Sergio Poli. Seguramente alguien que nos ayude en los coros, y nada más. Después como de costumbre, la banda, que se la banca sola. En los temas en que era muy difícil que Skay mantuviera lo que hizo él mismo en el estudio grabando varias guitarras, está el “Conejo”, que es un tipo que ya tocó con nosotros en una etapa primigenia, y además ha crecido y es muy buen violero. Por lo demás, es un show de una banda de rock. Despojado, sin pirotecnia ni escenario giratorio. El show es la banda y la gente.
Poli : Va a haber un nuevo sistema de sonido, y dos pantallas de video con cuatro imágenes para acercarle a la gente lo que está pasando en el escenario.
Indio: Hay un momento en que la significación de lo que hacés crece con tal magnitud que todo es más cuidado, y lo que es más cuidado necesita más tiempo. No caemos en lo de grandes números como Peter Gabriel, que por ahí pasan 7 años sin hacer nada, pero si queres hacer un disco doble y tocarlo y grabarlo bien, eso te lleva tiempo. De cualquier manera el año que viene vamos a tocar varias veces, aunque sea en estadios, si esa es la medida que tenemos que manejar ahora.