Edgardo Gaudini: alias «El Doce»

Lo llaman «El Doce». Hasta ahora es el boceto de su propia novela. Cuando ésta se escriba va a tener que contar que fue profesor de matemáticas, buscador de meteoritos, vendedor de fotocopiadoras, cocinero esencial de «Patricio Rey y los redonditos de Ricota», habitante asiduo de las cárceles, periodista radial, fiel representante de los presos y ahora autor de un libro que indaga la marginalidad sin filtros sociológicos. El doce.

Revista Cerdos & Peces nro 14. Julio de 1987. Por Sebastian Arnaiz

-¿Para qué sirven las matemáticas en la vida?

-Bueno, en realidad no sé muy bien para que sirven las matemáticas en la vida; quiza en algún momento de mi vida pensé que servian para manejarse con cierta lógica, pero después me di cuenta que no. Durante 16 años fui profesor de matemáticas en la escuela secundaria. Sin embargo esos años no me sirvieron para enseñar, sino para aprender. Creo que la docencia me dejo más aprendizaje a mí que a los chicos.

¿Los profesores realmente se creen que son «profesores» que enseñan?

– Totalmente. Mis problemas en la escuela secundaria nunca fue con los alumnos, sino con los profesores. Por ejemplo ellos no entendian como yo, siendo profesor de matemáticas, diera clase con musica.

-¿Dónde naciste, Doce?

-En Banfield, en una casa, con fondo, pero solo viví ahí cinco años, después…

-Después

-Tengo un recuerdo vago de mi casa en Bánfield… en realidad el recuerdo de la casa es el recuerdo de mi viejo. Mi viejo cumple la semana que viene 85 años: Lo llamaban «Juan el loco». Cuando era joven, mi viejo usaba esa malla tipo camiseta, practicaba nudismo según las viejas de la época y era naturista, cuando ser naturista no era una moda, como ahora. Él lo fue hace 65 años. Estudiaba medicina naturista por su cuenta, era un loco, realmente estoy completamente seguro que obtuve una educación muy particular por parte de mi viejo, desde el comienzo, porque tanto mi hermana como yo nacimos en casa por parto natural. (…) Nos mudamos a un terreno mucho más grande, lejos de la ciudad. Ese fue un campito que mi viejo compro cuando yo naci. Durante cinco años se dedicó a arbolarlo y a construir la casa a la que nos mudamos. Después hubo más árboles, árboles que yo sostenia mientras mi viejo hacia el hoyo, árboles que ya tienen cuarenta años, árboles y campo donde yo me crié.

-¿No te sentías solo, aislado? 

-No porque habia otros chicos con los que formamos una barrita, chicos de mi edad, los mismos chicos con los que, como no teniamos escuela secundaria en el pueblo, viajábamos hasta la ciudad todos los días para estudiar.

¿Y en el tiempo libre?

Montaba una yegua, «La Rubia». Saliamos con mi viejo a pasear a caballo o en sulky. Fue una época curiosa. Mi vieja no quería montar a caballo entonces ella andaba en bicicleta. Y asi salia la familia: mi hermana, mi viejo y yo en un sulki y mi vieja atrás, en bicicleta.

LA HISTORIA DEL HIJO DE JUAN EL LOCO

-¿Cuanto tiempo trabajaste como docente?

–16 años, pero creo que la sigo ejerciendo de por vida.

-¿Y la vida?

-Yo no sabia si ser ingeniero o director de cine, por lo menos ahora sé que no quiero ser ingeniero. Yo dibujaba autitos, por eso me mandaron a la escuela industrial, seguramente pensando que dibujar autitos tiene algo que ver con la mecánica más que con el juego. Una vez que estas en la escuela industrial, el destino seguro es seguir ingenieria, entonces hice dos años en ingenieria, hasta que me di cuenta que era mejor para dibujar autitos, porque no tenia posibilidades creativas. Me dediqué a la docencia y a hacerme grupo de mucachos que tienen que ver, como yo, con la historia de los «Redonditos de Ricota». Teníamos un programa de rock en radio que el rector de mi escuela considero contraproducente a mi imagen de docente. Para poder seguir trabajando me bautizaron con el seudonimo de «el docente» que después fue «el Doce».

-¿Cuándo uno deja de ser el hijo bueno para transformarse en el hijo malo?

-Yo todavía sigo siendo los dos, el hijo bueno y el hijo malo. Aunque claro, seguramente mi hermana es la que pudo cristalizar para mis viejos los aspectos formales que yo no tuve. Tiene su familia. los hijos que son nietos. Es una buena ama de casa, incluso es feliz a su manera.

LOS BARROTES SE CIERRAN, LA CARCEL LLEGA DESPUES

-¿Ya estabas preso antes de estar preso?

-Si. la cárcel fue el último escalón que me faltaba para ser un preso.

– ¿Por que fuiste preso?

-La primera vez, por tonto.

-¿La causa de la tonteria?

-Una supuesta prestación de domicilio a las malas compañias. Una cama mal tendida en 1978. Yo era docente, estaba en piyama casi durmiendo cuando me golpean la puerta y yo pienso que es un amigo que vive a dos cuadras de la que era mi casa. Entran cuatro monos con ametralladoras, me dieron máquina ahi mismo, en mi casa: fue la primera vez y perdono a los vecinos que escucharon los gritos, en esa época nadie escuchó nada.

Me iniciaron una causa por drogas y a los pocos dias encuentran a la persona que ellos estaban buscando, vivia a una cuadra de mi casa. Me piden disculpas, pero me dejan la causa durante todo el Proceso militar. Fueron mis primeros 24 dias encerrado. Perdi el trabajo, una beca que tenia arreglada para irme a Francia, y la familia… volvi con ellos… no sé si para ellos volvi con ellos o, en realidad, me fui por largo tiempo. Tenia 36 años y debía salir a buscar trabajos que nunca había hecho. Entré en la sección de artes gráficas de una empresa que vendía máquinas de impresion y fotocopiadoras. Fui docente de los vendedores, experimenté trabajos gráficos con las máquinas y tintas. Pensé, por un momento, que la vida era posible de volver a empezar, porque también pude volver a la radio. Sin embargo una segunda causa judicial me llevo de nuevo a la cárcel durante ocho meses: después resulta que era inocente, fui absuelto. Pero tenia que empezar todo otra vez.

-¿Como fue esta vez el encierro?

-Cerca, fue en Caseros. Lejos, mi familia se alejo por completo. No recibi visitas salvo cuando me anunciaron la enfermedad de mi viejo. Una sola vez en ocho meses. alguien vino para decirme que mi viejo se moría, supuestamente por culpa mia. Me hacia mal a mi, pero peor le hacia a mi vieja a través de un vidrio., yo debia consolarla a ella.

Las malas companias.

-¿Cuándo te dijiste a vos mismo que habias sido un boludo?

– Adentro sólo algunas veces. Una vez que estás adentro, en realidad, tratas de encontrar las respuestas necesarias cómo para no volverte loco y ahí no existe la posibilidad de aceptar el error. Ahi hay que sobrevivir fundamentalemte sólo. Podes pensar qué pelotudo que soy, pero solamente al principio, algunas veces. «Qué ingenuo que soy, pude haberlo pensado», esa es la palabra.

-¿Te recordabas a vos mismo mal frente de una aula junto a un pizarrón, con 30 o 40 alumnos que, como vos decias, te reconocian, escuchaban, incluso es posible que algu-noe te admiraran?

–Jamás. Si recordaba, veia una pelicula donde estaba yo en mi casa de soltero junto un montón de supuestos amigos que una vez preso no vi nunca más. Ni un paquete de cigarrillos. Yo no era un delincuente, pero no tenia ni siquiera una toalla regalada por mis amigos.

-¿Y después?

– Después otra vez sin casa. sin trabajo, sin amigos, sin familla. A los tres meses, por comprarme libros, porque si no tenés nada a causa de su inocencia bajo sospecha algo necesitas, encuentro algo en la calle que me sirve y otra vez a la carcel.

EL ENCUENTRO DE JUAN EL LOCO Y SU HIJO

-¿Cuándo volviste a ser un hijo bueno?

-Despues de 23 meses en la carcel, veintitres meses porque presenté una denuncia sobre lo que sufría dentro de las cárceles, caso contrario hubieran sido 8 meses. Pero fueron 23 y un nuevo destino. Porque yo tomé real conciencia de lo que es estar preso, de lo que son los compañeros presos, de las circunstancias que te llevan a delinquir y de todo lo que hay que cambiar. Ahi tomé conciencia y es cuando comienzo a militar para cambiar la vida de los presos, también es cuando nace el SASID (Servicio de Acción Solidaria Integral con el Detenido). Entonces vuelvo a mi familia a través de la conciencia mutua de la injusticia. Fui preso dos veces, y dos veces fui declarado inocente. De la tercera no hay fallo. Me acusaгоп del robo de autos cuando yo no manejo. Me acusaron de tenencia de armas de guerra, cuando mi viejo sabe que no pueda ni tocarlas. Me acusaron y me metieron pero por las cientos de causas sin resolver en las comisarias y que necesitaban de un culpable. Cuando me dan la libertad, decido no mantener más el silencio. Me asumo como un liberado y comienzo con mi trabajo en los derechos humanos y fundamentalmente en los derechos de los presos. Hoy mis viejos están de acuerdo con todo lo que hago, mi propia historia cambio el modo de ver la suya.

-¿Cómo comienza tu experiencia periodística? 

-En la radio comienza, como te decía, antes de caer preso y junto a un grupo de grandes amigos que despues formaron parte de la gestación de Patricio Rey y sus Redonditos de Ri-cota. En cuanto a la escritura, yo comienzo a escribir estando preso; el principio o boceto de una novela que la requisa se encargo de romper, destruir sistemáticamente. Los únicos indicios de esa novela están en mi memoria. Por lo pronto, con la libertad, podía volver a la docencia, al periodismo o dedicarme al tema cárceles. Creo que elegi todo: la docencia del periodismo con eje en las cárceles.

SUEÑO DE LIBERTAD EN UNA NOCHE DE VERANO

-¿El primer acercamiento a la radio?

Estando preso escucho un programa, «Sueño de una noche de verano». Me acerco a ellos, en Radio Belgrano. Dorio ya me conocia porque habian realizado la primera presentación en la Capital Federal de los «Redonditos de Ricota» y me da un lugar en la radio a tal punto que cuando se van a España me dejan la conducción compartida del programa a mi. Yo también quería tener mi programa y como colaboraba con algunos programas en Radio Universidad de La Plata propongo algo que se llamó: «Al calor de la Noche», en homenaje a aquélla experiencia. Dentro de ese programa había una sección fija dedicada a los presos que se llamó «El rincón del sopre».

Recibimos mucba correspondencia de la cárcel. Incluso mandamos al aire un programa realizado clandestinamente dentro de la prisión. Yo seguí en el SASID y en la sección de cocina que tenia en el programa, puse de moda -entre comillas- el «arroz tumbero», el guiso de la cárcel.

Tu historia se me fue de las manos.

No, es sencillo. Cuando se hablaba el tema de la reforma carcelaria, yo dije que «ojalá que no pasara como con la ley de protección al indígena, que se consulto a todos los sectores menos a los indígenas». Propuse que en el caso de una reforma carcelaria se escuchara la opinión de los presos. Al instante llama un juez, el doctor Mosca, un Camarista de la Plata. Yo no lo sabia, pero era una persona que escuchaba mucho nuestro programa. Cuando me dijeron que me llama un juez, yo pensé que era para meterme de nuevo en cana. Sin embargo el doctor Mosca comienza a decir que se animo a la cocina gracias a mis recetas… pero lo fundamental es que compartía nuestro criterio: había que darle importancia a la opinión de los presos. Creo que así comenzo la recuperación de un tiempo perdido que nunca se perdió. Fui el vocero de los presos, racias al programa de radio.

-Pero los años cambian a las democracias.

-Si, en el 86 ya no se habla sobre las promesas del 83, entonces me levantan el programa en diciembre del año pasado, y los presos dejaron de tener su voz a través de la radio.

RESPUESTAS AL MARGEN

Autodefinirse marginado, es una manera de disfrazar elegantemente al frustrado?

-Hay marginales y marginados. Está el que elige marginarse y el marginado por decreto o ley. En definitiva me parece que no hay quienes puedan elegir una colocación frustrante o exitosa, en todo caso habrá otros que creen que pueden elegir, entonces el distintivo lo llevan con orgullo. Yo siempre fui un marginado por decreto ley del destino. Cada vez que hablo hay un despelote.

-¿Cual fue tu sueño de una noche de verano?

-Ser director de cine

¿Cómo es tu pelicula?
– Tengo 44 años. vivi en off-side, pero seguramente la última toma de la pelicula de mi vida no va a ser colgando los botines.


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