El 8 de julio de 1984 Los Redondos brindaron un concierto en el Teatro Bambalinas. La revista Pelo estuvo presente y te cuenta el presente de la banda.
Revista Pelo 281. Julio de 1984. Por Federico Oldenburg

Quienes alguna vez hayan oído y visto a Los Redonditos de Ricota saben lo que significa un recital de ellos: la única manera de acceder a lo que hacen, ya que siguen firmes a la negativa a grabar discos y, por ende, es imposible escucharlos por radio o por cualquier otro medio. Pero no sería bueno oírlos en la radio porque el espectáculo de ellos hay que verlo, por ser la conjunción de varias expresiones artísticas.
Es la explosión de lo subterráneo, pero una explosión con una onda expansiva tan grande que en cualquier momento puede dejar de ser subterránea. Que la sala se llene al máximo y quede gente afuera, sin que hayan hecho ningún tipo de publicidad, no es común. Esos significa que los comentarios de las personas que los han visto son tan buenos que llevan cada vez mucha más gente, y que realmente interesa una propuesta completamente distinta que, además de aportar cosas nuevas, rescata valores que ya están casi perdidos.
La apertura del espectáculo fue sencillamente increíble: un monólogo a cargo de Enrique Symns («El Invocador»), quien, además de realizar unos textos geniales, es un excelente actor, que termina presentando el recital, dedicándolo a todos los hombres libres del mundo; las prostitutas, los homosexuales, los alcohólicos, los drogadictos, en fin, a todos los marginales. A partir de allí comienza a tocar la banda «biodegradable de rock redondo»; con Skay (guitarra) al mando, y El Indio Solari (voz), Fargo Daviero (guitarra), Willy Krug (saxo tenor), Semilla (bajo) y Piojo Ábalos (batería). La banda es muy buen grupo de rock and roll, moderna por la simplicidad de los ritmos, pero que a su vez procura rescatar la energía de los comienzos de los ’70. Y suena muy bien, con Skay y Fargo, dos guitarristas completamente diferentes en estilo alternando sus solos con fraseos de saco de Willy, interesantes pero a veces un poco tapados, con una base rítmica sólida y un cantante muy particular, quien además posee una poesía extraordinaria y una idea muy acertada de lo que debe ser un cantante en un escenario. Además de los músicos que estuvieron en escena casi todo el tiempo, fueron desfilando varios personales, como Krisha Bogdan, bailando en el «Kriminal Mambo», y «La bestia pop», Anita, Marcela y Chuchi, como «Las muchachas del coro»; y Claudia Kiki y Claudia Blistein como «Las papusas blue», que aparecieron en un blues bien pesado, cantando con las sonoridades más extrañas. Aparte, antes de que comenzara la música y durante algunos temas, se proyectaron películas, realizadas por Gómulo Films, productora cinematográfica.
No es normal ver a un grupo como Los Redonditos, sea tan fresco por la falta total de algún compromiso con algo, y es muy gratificante que lo hagan tan bien, aunque algunos piensen que esta vez salió de una manera demasiado profesional Por supuesto que así va perdiendo el carácter de subterráneo, pero no es por un cambio de actitud pr parte de ellos, sino porque el público lo va convirtiendo en algo más masivo.
Federico Oldenburg.

