LETRA
Hoy Tomasito y los Drum-drum
tocan en el Medicine Room
(todo así, “casi en inglés”)
¡con Pussy-dancers-Cock parade!
¡y es el cielo en Etcheverry!
Mañana van Los Pétalos
que son una turmita gay
y “el monsieur” va a relojear tanto
que se van a flipar
¡Va por Eros! ¡Dale Eros!
En el cielo de Etcheverry…
La Chanchita que trabajó
por un tiempo allá en París
trajo ideas para su bar…
(se escucha mucho a los Who)
¡¡¿Tomasito podés verme?!!
La vie gangsta allá en París
… y Tomás fue piraña allí…
¡¡¿Tomasito vas a oírme?!!
Las pirañas vos creés
que no se comen nunca entre sí
Amor… ¿sabés?
¡los sesenta fueron tres putos años nomás!
¡y Etcheverry es tu cielo!
APARECE EN
MÁS INFO SOBRE ESTA CANCIÓN
¿Tomasito podés verme? ¿Podés oírme? remite desde el título al Tommy de The Who
Me vino la necesidad de inventar un lugar físico donde se mezclara toda la cultura rock, sin compartimientos estancos. Por ahí anda la Chanchita Rivera, que trabajó un tiempo de mesera en París y termina en este boliche en Etcheverry. Y está el Monsieur, el DJ que pasa mucha música de The Who. Y también frecuentan el lugar Los Pétalos, que son una turma —una banda, una pandilla— gay. Un desfile de porongas y conchitas bailarinas, todo así, casi en inglés.
Es un relato como el de Masacre en el puticlub, la descripción de un lugar que está bueno porque pasan música más contemporánea pero también The Who, los clásicos. Ojalá existiera en la vida real, porque a mí me gusta escuchar de todo. Escribí la canción en un momento donde toda la cultura rock se había atomizado, estaba todo muy sectorizado. Sería un lugar atractivo… Y parece que otros pensaron lo mismo: ¡hubo gente que fue a Etcheverry a ver si existía el Medicine Room! Les habrá sonado tan tentador como a mí… La clase de cielo modesto al que todavía podemos aspirar, desde que, Amor, sabés, los 60 fueron tres putos
años nomás… ¡Y ya no quedó nada!
Indio Solari en conversaciones con Marcelo Figueras. Este texto forma parte del libro autobiográfico Recuerdos que mienten un poco (Bs. As, 1era. edición, Editorial Sudamericana, 2019).
Son casi las once de la mañana. Ya llevábamos más de media hora en la habitación del hotel, cuando el Indio dice que, quizás, lo mejor de la cultura rock ya pasó.
-A mí me tocó vivir el verano del amor. Estos tres putos años nomás que yo digo en una canción.
La canción se llama “Tomasito, podés oírme? Tomasito, podés verme?, forma parte del disco “El tesoro de los inocentes” y dice así:
“Las pirañas vos creés / que no comen nunca entre sí / Amor, sabes? / los sesenta fueron tres putos años nomás! / Y Etcheverry es tu cielo /”
-Fueron tres putos años que marcaron todo, y hoy siguen marcando todo. La vanidad dice que quizás lo mejor de esta cultura ya pasó. Y hace rato que uno desearía, sinceramente, porque un rocker necesita estar a la altura de esos tipos siempre, que hubiera otra cultura invadiéndonos y relegándonos, como el rock relegó al jazz, o a otros géneros. Lo que pasa es que la cultura rock ha sido una cosa muy fuerte. Fue la primera vez que los jóvenes, por su condición de tal, se manifestaron. Antes que eso nunca existió una revolución de los jóvenes. Y abrevó en todos los desperdicios de la cultura imperante, se atrevió a hacer experiencias no ordinarias y a traerlas al super organismo, que es toda la cultura. Yo supongo que estamos a la espera de cambios estructurales tanto económicos, científicos, que todavía no dejan de ser promesas, que traerán también su propia manifestación artística en todo sentido. Ni siquiera tiene que ser exitosa. No n os olvidemos que la idea del artista famoso y todo eso es relativamente en la historia de la humanidad. Antiguamente, no hace tantos siglos, los artistas trabajaban a pedido. Eran artistas cortesanos, o juglares ambulantes. No eran famosos como hoy que cualquier tipo que le va bien y vende entradas pasa a una dimensión estelar extraña. Tampoco yo tengo mucho derecho a pensar esto en voz alta, porque yo estoy en el final de mi trayectoria, A mi lo que me pasa es que al haber vivido durante tanto tiempo la cultura rock, no encuentro novedades.
Indio Solari. La voz de la cultura rock. Revista Mavirock nro. 21, enero de 2012. Por Bruno Larocca.
… y después hay otras que son pinturas, como «¿Tomasito podés oírme? ¿Tomasito podés verme?», que pinta lugares de reunión que hay en Etcheverri, como esa moda que hay en Europa que acá las vanguardias no aceptan: lugares multitemáticos en que te encontrás con viejos carrozas de los años 70 y con pibes de 13 años, todo mezclado, y la música de fondo son rocanroles del año del pedo mezclados con lo último de la música tecno, y de pronto suena The Who. Es una manera de pintar un submundo que no es el submundo que está de moda, y que sin embargo es tan o más vanguardista porque está abierto a todo tipo de estímulos, no a la tendencia imperante que está de moda en Palermo Hollywood.
«El precio de la libertad es la soledad». Revista Rolling Stone Argentina, Miércoles 01 de diciembre de 2004. Texto Pablo Plotkin. Entrevista Claudio Kleiman y Pablo Plotkin
El análisis del blog ESA VIEJA CULTURA FRITA
FICHA TÉCNICA
Disco: El tesoro de los inocentes
Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado
Duración: 04:28
Ficha técnica: Música, letras y arte de tapa por el Artista Invitado.
Edu el garfio Herrera y Nickname Aramberri en Ingeniería y funciones pesadas.
Artista Invitado en arreglos, producción y ruidos molestos.
Julio Saez y Baltazar Comotto: guitarras principales
Marcelo Torres: bajo
Hernán Aramberri: batería
Alejo Von Der Pahlen: saxos (alto, tenor y barítono)
Ervin Stutz: trompeta, flueguehorn y trombón
Debora Dixxon: voz en “La piba de Blockbuster”
Artista invitado: teclados, guitarras y voz
Dig-it en arte y formato de tapa: Matías Requeijo
Este barril de monos-dirty-garage-jijí-tech-rock-trapero fue grabado y mezclado en Luzbola y es pura patología del cuerpo y la mente del Artista Invitado.
Masterizado en Luzbola por Breuer’s delivery.
Dedicado a Bruno y a la memoria del Capitán Ojo Muerto y de la hermosa muchacha de Los Toldos.