Por alguna alineación planetaria o conjunción cósmica, el segundo recital redondito en Cemento ocupa un lugar privilegiado en la historia ricotera y del rock nacional: aquella noche Los Redondos llenaron por primera vez Cemento; esa noche Luca Prodan, líder de Sumo, subió al escenario y cantó junto a Patricio Rey; fue en ese recital que el Indio Solari inmortalizó una frase que 26 años después le serviría de inspiración para titular su cuarto disco solista; aquella presentación terminó de forma abrupta, por un corte de electricidad.
Autor: Redondos Subtitulados, jueves 26 de julio de 2018

El debut de Los Redondos en “Cemento”, el mítico boliche de Omar Chabán, se produjo en agosto de 1985. Esa noche presentaron oficialmente «Gulp», el primer LP de la banda. La segunda presentación en el lugar sería el 23 de mayo de 1987. Por alguna alineación planetaria o conjunción cósmica, este segundo recital ocupa un lugar privilegiado en la historia ricotera y del rock nacional: aquella noche Los Redondos llenaron por primera vez Cemento; esa noche Luca Prodan, líder de Sumo, subió al escenario y cantó junto a Patricio Rey; fue en ese recital que el Indio Solari inmortalizó una frase que 26 años después le serviría de inspiración para titular su cuarto disco solista; aquella presentación terminó de forma abrupta, por un corte de electricidad.
Fue, además, uno de los últimos shows de Patricio Rey con la formación vieja (Tito Fargo, Willy Crook y el Piojo Avalos), ya que al poco tiempo éstos serían reemplazados por Walter Sidotti y Sergio Dawi.
Luego de ese show Los Redondos llenaron Cemento otras 14 veces, entre septiembre del ´87 y abril del ´89. Sin embargo, la historia recordará con melancolía y emoción el concierto del 23 de mayo de 1987.
Como dijimos, Cemento estaba repleto por primera vez para un show de Los Redondos. Se notaba el rápido crecimiento de la banda. No tocaban en un lugar grande desde octubre de 1986. La ausencia de los escenarios, lejos de “enfriar” su relación con el creciente público, parecía haberla fortalecido. Tal fue el asombro del Indio ante la fidelidad de sus seguidores, ante ese “ejército de desangelados” que había colmado el boliche, que arrancó el show dirigiéndose a ellos y definiéndolos como “SOLDADITOS, BRAVOS MUCHACHITOS…”
Primer tema: Divina TV Fürer. El público ricotero parece quejarse del sonido, entonces Solari, un poco en broma y un poco en serio, se burla de Willy Crook:
-“¿No se escucha el saxo, dicen? Eso… ¿es bueno o es malo?, jaja…”
Luego, Los Redondos enloquecieron a los presentes con “Vencedores vencidos”, “Roto y mal parado”, “Aquella solitaria vaca cubana” (que el Indio dedicó a los <viejitos> Alfredo Rosso y Claudio Kleiman) y “Noticias de ayer”.
Antes del sexto tema (“Cua cua amen”) Solari, que continuaba sorprendido por la convocatoria, repitió la frase, hoy inmortal:
“Soldaditos, bravos muchachitos”.
El recital siguió con “Un tal Brigitte Bardot”, “Ella debe estar tan linda”, “El hombre eléctrico” y “Ñam fri frufi fali fru”.
Sobre la última parte del concierto se produce un hecho histórico: Luca Prodan, cantante de Sumo, aparece entre la gente y desde la multitud sube al escenario, para interpretar “Criminal Mambo” junto a Los Redondos. El periodista Alfredo Rosso, presente en el boliche, recuerda que “todos creían que estaba preparado: no way”. Aunque admite que “Luca se mandó en medio de Criminal Mambo.. no subió en cualquier tema”, ya que esa canción tenía poca letra, y por lo tanto era fácil de interpretar para él, que no dominaba el español.
La participación del líder de Sumo fue espontánea: Luca vivía en el microcentro porteño, en la calle Alsina, relativamente cerca de Cemento. Se acercó hasta allí y simplemente se subió al escenario al escuchar los acordes del tema. Una hora antes había ido a saludar a los músicos, y ahí surgió la posibilidad. Al respecto, Solari le contó a Gloria Guerrero; “no había en esa época una cosa ordenada, como ahora. Era muy happening, en general, el asunto. Luca estaba ahí, fue al camerino, estuvimos charlando y pintó…”
Luego de los intermezzos en dialecto italiano del Indio, tal cual está registrado en el disco Gulp! (1985), tuvo su momento Luca con su inglés oscuro y gutural, y alternando frases en español forzado (como “Redonditos”), desencadenó eso que alguna vez el periodista Pablo Schanton definió como “Rockoliche”: un tano cantando en inglés en Argentina.
Aquellas personas que inocentemente querían disfrutar de la clandestinidad y el anonimato de un espacio genuinamente rockero, eran testigos de un show imborrable.
Mayo era el mes del cumpleaños de Luca. Moriría en diciembre de ese triste 1987. Probablemente éste haya sido el último encuentro entre ellos. El 26 de diciembre de ese año, cuatro días después del fallecimiento de Prodan, Los Redondos volvieron a tocar en Cemento, y dedicaron el show a su memoria.
El concierto continuó con “Masacre en el puticlub”, “Vamos las bandas” y “Todo preso es político”.
Durante este último tema se cortó una fase de la electricidad, lo que provocó que las guitarras dejaran de sonar. Con gran profesionalismo, entre el Indio (voz), Willy Crook (saxo) y Piojo Avalos (batería), produjeron una inesperada zapada que hizo que, esperando la solución del inconveniente, el tema durase muchísimo más de lo habitual (durante los 5 minutos finales se escucha sólo el bajo, el saxo, la batería y el Indio improvisando sin parar).
Sin embargo, al no encontrarse una solución, terminan abruptamente la canción y el Indio dice por el micrófono, dirigiéndose a los técnicos: “No volvió, no volvió… ¿Walter sabes que está pasando? No tiene corriente…”
El final deparó un inesperado bonus track: un gran instrumental inédito, conocido popularmente como “OMAR EMIR”, ya que sobre la última parte del audio Solari menciona a Omar Emir Chabán, que en aquel momento era el alma mater de Cemento.
Por esas casualidades del destino, y del genio creativo de Solari, la frase “SOLDADITOS, BRAVOS MUCHAHITOS” que describía al incondicional público ricotero, mutó en “PAJARITOS, BRAVOS MUCHACHITOS”, que describe, entre otras cosas, al actual público de Solari.