Redondos Subtitulados

Tres décadas atrás, el Indio Solari y Skay Beilinson se subieron a un escenario por primera vez bajo el nombre de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Lo ideal sería soplar las treinta velitas escuchándolos tocar. Pero como pasaron seis años desde que se bajaron y no se sabe si algún día volverán a dar misa, recordar es la única celebración que parece posible. Y, de pura suerte, siempre queda algún detalle prófugo por ser capturado para continuar escribiendo la historia ricotera.

Autor: Metronautas, Por Lucía Bertotto y Nicolás Igarzabal. Año 2007

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SUPERLÓGICO

«En la Cofradía de La Flor Solar (una experiencia urbana comunitaria que llevaron adelante músicos y artesanos de La Plata desde 1967 hasta 1974) había un impulso mítico tribal y una mística cooperativa, que indujo el surgimiento de Patricio Rey con el vigor conceptual entretejido por las personalidades del Indio Solari, la Negra Poly, Skay Beilinson y Rocambole», cuenta Miguel Grinberg, periodista, escritor y amigo de varios habitantes de esa casa alquilada donde nació el espíritu de Patricio Rey.

«La Cofradía impulsó, por ejemplo, la primera Feria Artesanal platense y bancó estoicamente la represión anti-hippie de la Revolución Argentina del general Onganía. Creó un referencial de autonomía productiva que inspiró el surgimiento de Los Redondos», continúa Griberg, explicando el origen de esa promesa de banda, que se concretó recién en 1977 y que no grabó su primer demo hasta 1982, cuando ya conocidos en el under del rock, registraron en los estudios de RCA, un germen de lo que iba a ser Gulp!.

¿SOLOS Y DE NOCHE? 

Ese verano de 1982, sucedió también algo insólito. En el Estadio Excursionistas, en pleno Bajo Belgrano, tempranito y bien acompañados Los Redondos compartieron el escenario con Los Abuelos de la Nada, Litto Nebbia, León Gieco, Alejandro Lerner y… ¡Piero! En el medio tuvieron un altercado policial que pasó a la historia, cuando la famosa Monona y sus chicas bailaron semi-desnudas en el escenario. El evento había sido organizado por el periodista Jorge Pistocchi, director de la efímera revista Pan Caliente, que buscaba juntar fondos para evitar el cierre. Cerca de 5 mil personas se acercaron desde las 3 de la tarde, pero no fue suficiente para que la publicación continúe en las calles.

ROCK DEL PAÍS EN LA ESQUINA DEL SOL

Con la plata que ganaron en los shows que solían hacer durante el principio de los 80s en Gracias Nena, el Stud Free Pub, La Esquina del sol, entre muchos otros templos del rock, grabaron su primer disco.

Lito Vitale, a quien conocieron por intermedio de Pistocchi, ofició como técnico de grabación y tecladista invitado. «La pasé muy bien en esa grabación, encontré un grupo de gente apasionada y en el arte de eso se trata siempre, de disfrutar al mango el proceso de creación y después que pase lo que pase”, recuerda Lito de esos días que pasaron en su casa de Villa Adelina.“Técnicamente siempre fui un amateur y mi intervención como músico en la banda fue muy casual, quizás mi aporte más importante fue el de traducir al piano lo que el Indio me silbaba en el tema final del disco», comentó Vitale a Metronautas.

VERTE REÍR NO ES NADA

Las misas paganas eran todo un espectáculo. El periodista Alfredo Rosso, al igual que Enrique Syms, se dio el lujo de hacer monólogos humorísiticos y, en varias oportunidades, también le puso su voz a los coros de “Ñamfi Fi fruli fali fru”. El 23 de de agosto de 1985, en la presentación de Gulp! se subió al escenario de Cemento disfrazado de oso.

FUEGOS DE OKTUBRE

Al año siguiente grabaron Oktubre. El disco, con el que lograron aumentar ampliamente su público, fue elegido este mes por los lectores de RS como el mejor del rock nacional. Sin embargo, no para todos es (tan) así.

UN INFIERNO ENCANTADOR

Se sabe: en los 80’ podía pasar cualquier cosa. Incluso que un día Luca Prodan reemplazara al Indio en un show en el Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires o que se subiera al escenario de Cemento a cantar un temita, como «Criminal mambo», con Los Redondos. Según cuenta el propio Solari en la biografía de Gloria Guerrero, “El hombre Ilustrado”: “No había en esa época una cosa ordenada, como ahora. Era muy happening, en general, el asunto. Luca estaba ahí, fue al camerino, estuvimos charlando y pintó”.

¿Y CUÁNTO VALE SER LA BANDA NUEVA?

Dos años después volvieron a Cemento pero el fenómeno redondo explotó y los lugares fueron quedando chicos. En tres años, coparon 16 veces el predio de Núñez (primero el estadio cubierto y más adelante la cancha de hockey). En el 89’ con Bang! Bang! Estás liquidado y en el 91’ con La Mosca y la Sopa. El éxito tuvo un efecto colateral: muchos los acusaron de haberse vendido.

WALTER INVADE LA TIERRA

No haciendo acuso de recibo a los reproches, comenzaron con una serie de Obras. El 19 de abril de 1991, Walter Bulacio, primer mártir ricotero, fue arrestado por “averiguación de antecedentes” junto a otros 30 fanáticos y murió varios días después, por una hemorragia cerebral que le provocaron en la comisaría. La causa todavía sigue impune. Hasta el momento hubo un sólo policía procesado. Con su hermetismo característico, Los Redondos no quisieron «televizar» su dolor y apenas publicaron una solicitada en algunas revistas apuntando contra los “edictos policiales”. Años más tarde, el Indio declaró: “Yo no soy muy verborrágico en el escenario, pero cada vez que hablo en un recital sólo digo cuídense el culo. Yo no puedo proteger a las bandas de la cana que los espera a dos o tres cuadras de acá o en Lugano o en Laferrere”.

EL OJO EN EL HURACÁN

En noviembre del 93′, para la presentación de Lobo suelto/ Cordero atado, Patricio Rey se calzó los botines y, por primera vez, salió a la cancha. El doblete quemero inauguró la etapa de los estadios. Al año siguiente empezaron a trasladar sus rituales al Gran Buenos Aires y al interior. A girar, mi amor.

OLAVARRÍA: LA MISA QUE NO FUE

Una escena que nadie antes hubiese imaginado: ver a Los Redondos frente a un micrófono dando explicaciones en una conferencia de prensa. Inédito. Sucedió en 1997, por causa del intendente Helios Eseverri, que por decreto y alegando un “coraje de cuidar a la ciudad y a la gente», suspendió los dos recitales que tenía prevista la banda para presentar “Luzbelito”.

Lo que iba a ser la presentación oficial terminó con gomas de autos ardiendo frente al Palacio Municipal y al hotel Savoy, donde se alojaban los músicos. La fecha se reprogramó para dos meses después en el Club San Martín, de Tandil. Fue un show con sabor a revancha, recordado por sus demoras, sus bengalas, sus litros de lluvia y el comienzo con “Nuestro amo juega al esclavo”, tan preciso para calmar las aguas: “Violencia es mentir”.

ÚLTIMO BONDI A AVELLANEDA

Las presentaciones de “Último bondi a finisterre” en la cancha de Racing en 1998 fueron desparejas. El show del viernes 18 por problemas con un generador de energía el estadio sonó a oscuras durante «La pequeña novia del Carioca» . En la noche del sábado 19, el Indio le dijo al público: «Hay algunos que quieren que este viaje de Los Redondos se termine y está claro que este viaje se termina cuando ustedes quieran».

UN PAR DE PELIGROS(OS) INSENSATOS

No había dudas, River era la consagración. Y aunque no traían canciones nuevas bajo el brazo, tampoco hacían falta. El 15 de abril de 2000, Solari saludó con un escueto «“Bienvenidos al guetto” y «El pibe de los astilleros» dio por inaugurada la misa. Esa noche hubo peleas con la policía en los alrededores de la cancha y sucedieron unos tristes incidentes en el campo, con varios heridos con navaja. La banda interrumpió el recital y se retiró. Media hora después, con mucha confusión entre el público, volvió a escena. Éstas fueron las palabras del Indio:

Para la segunda noche se reforzó la seguridad. Sumada a la primera, en total, desfilaron 130 mil personas: un record absoluto para la banda y para el rock argentino.

ESOS DOLORES DULCES

Unas 40 mil personas fueron testigos de la última aparición de Patricio Rey el 4 de agosto de 2001 en el Estadio Chateau Carreras. Pero, pequeño detalle: ninguna sabía que iba a ser la última. La excusa era darle la bienvenida a Momo Sampler. La despedida formal fue con “Un ángel para tu soledad”. Durante la noche, el Indio no hizo mención a la muerte de un hombre que accidentalmente se había caído de la tribuna a la playa de estacionamiento y se rompió la cabeza, ni de los 115 detenidos en el ingreso tras liberar la entrada (balas de goma y destrozos mediante). Sí respondió a los zapatillazos que recibió: “No somos Los Violadores, ¿Por qué no me venís a tirar cosas al camerino?”

EL FUTURO YA LLEGÓ

Su regreso continúa manteniendo en vilo a toda la patria ricotera. Es una hipótesis que nunca fue del todo descartada, porque la banda se disolvió con la misma espontaneidad y confusión con la que nació. Uno de sus primeros seguidores, Alfredo Rosso, hasta se animó a dar fecha de retorno.

JUGUETES PERDIDOS

Vuelvan o no, el legado cultural que dejaron es incalculable. «Sintonizaron el alma de los tiempos que nos tocó vivir. Lo expresaron con un sonido y una lírica generacional impecable e interpretaron el desamparo de una multitud de jóvenes atormentados por el difícil arte de ser joven (vivir y amar) en la Argentina», es la explicación que da al fenómeno redondo Miguel Grinberg.

«Yo creo que lograron ser una nación para un montón de gente. Era un poco como el país de los desamparados porque en la era menemista hubo un montón de chicas y chicos que quedaron fuera del esquema. Por eso, Los Redondos se convirtieron en algo que va más allá de la música. Fueron un refugio espiritual», concluyó Rosso.