El ex bajista de Los Redondos inauguró, en silencio, su muestra «Curiosidades diversas», y después se puso a trabajar sobre una plaqueta digital que proyectó sus trazos en una pantalla gigante. Todo mientras tocaba una banda. Una experiencia para repetir.
Autor: Diario La Gaceta (Tucumán), 12 de julio de 2007

Es más fácil entrevistarlo por teléfono. Está relajado, y se suelta. Habla. De lo contrario, lo mejor es sólo conversar. La timidez es su sello. Pero no cuando pinta en la intimidad de su taller, o refugiado en el fondo del auditorio, donde desarrolla alguna de sus performances con una banda en vivo.
Antes de la inauguración de su muestra “Curiosidades diversas”, el martes a la noche, Semilla camina por todos lados, fuma y prepara sus herramientas para la performance que vendrá después, con la banda 13. Está feliz.
Cuenta que esto de hacer una obra en vivo, en tiempo real, surgió como un juego mientras tocaban amigos, en presentaciones de muestras y cosas así. Debe ser difícil tener que hacer algo en un momento determinado, en el que tal vez la inspiración no llega, le comenta el cronista de 4 AM.
“En ese momento me sale naturalmente, tengo ejercicio… Es nada más que eso”, explica con simpleza. En la apertura oficial de la muestra, prefiere no hablar. Lo hace su manager y amigo, el curador de la muestra Claudio Bernárdez. Y mientras el público revisa cada una de las 100 obras, y se prepara para hacer la cola y entrar al auditorio, él se escabulle, se sienta en la última fila y espera a que terminen de entrar todos para empezar. Hace trazos, puntos, los esfuma. Todo se proyecta en la pantalla mientras la banda toca un rock psicotrónico y divaga entre armonías diversas. Llega el color, que va destapando otras manchas, que se hacen figuras. Y termina.
