¿Vuelve el rock fuerte al puticlub? «Si hay un próximo capítulo será nuevo y no uno de despedida». El ojo crítico del ex guitarrista de Los Redonditos de Ricota también hizo foco en «El tesoro de los Inocentes», primer disco solista del Indio Solari: «Le falta frescura, es muy oscuro». Skay Beilinson desnuda su conciencia solista y ofrece las virtudes y los defectos de ser Patricio Rey.
Autor: Diario El País (Montevideo), 3 de septiembre de 2005

Se te ve mucho más confiado en este segundo disco solista ( Talismán )…
Creo que sí, posiblemente. Influye mucho que ya hace prácticamente dos años que estábamos tocando con la banda y un poco los roles se empiezan a definir, la banda empezó a tomar un carácter más propio. Por otro lado, yo tomé mayor seguridad al momento de cantar y de afirmar algo en las voces y las letras, por eso creo que se ve un poco más maduro que el primero.
Le das mucha responsabilidad a la banda…
Son dos años tocando y eso se nota. De movida para trasladar el disco al vivo hay que hacer un montón de ajustes. En el primer disco yo había grabado todas las guitarras y de ahí tuve que pasarle todo eso a otro guitarrista y que entienda el clima y el criterio que llevan las cosas, hasta incluso cambiar algunos arreglos. Cuando hacés esto, pero estando tocando eso, te da una dinámica muy interesante.
Alguna vez dijiste que el Indio era la cara visible de la banda que vos llevabas adelante. ¿Ser solista te hizo sentir mejor en ese sentido?
Yo estoy acostumbrado a trabajar en equipo, los roles se van delimitando de acuerdo a las capacidades que tiene cada uno. El Indio era el mejor co-equiper de ese plan, es un tipo que canta excelente, con una muy buena voz y unas letras alucinantes y para ese plan estaba absolutamente a gusto. Esta es otra etapa, otro momento y con otra gente.
Cuando componés ¿todo empieza por la guitarra?
En el 99% de los casos sí. Hay veces que primero aparece una melodía en la guitarra y después la paso a la guitarra, pero generalmente empiezo a husmear y jugar con la guitarra y ahí comienza a esclarecerse esa idea que no tenía muy clara en la cabeza. Yo a veces lo describo como una especie de ruido indiferenciado que tengo antes de empezar a componer, y poco a poco empieza a aparecer una melodía.
¿Cuanto más afianzando estás en tu etapa solista, más alejando estás de los Redondos?
La gran diferencia que noto entre los Redondos y este plan solista es que no está el Indio, con quien componía todo el material que hacíamos para la banda. En este momento estoy componiendo solo y disfruto muchísimo haciéndolo porque no tengo que andar conciliando o desarmando cosas para poder amoldarlas a las ideas del otro. De alguna manera yo me sigo sintiendo la misma persona haciendo estas nuevas canciones, no sé si más lejos o más cerca.
¿Cuál fue la cosa más ganada después de la separación de los Redondos?
Fundamentalmente sacarse toda esa presión de encima y volver a recuperar un poco la alegría de enchufar la guitarra y tocar con músicos que están entusiasmados fuera de toda esa vorágine que significaban los Redondos, donde había mucha presión, mucha presión interna… Cada recital era un especie de aventura donde había que conciliar con el Ministerio del Interior y todo ese tipo de situaciones que están por fuera de lo artístico y que de alguna manera van produciendo un desgaste. Seguramente lo que ganamos ahora es una frescura y una alegría que estaban un poco diluidas, un poco eclipsadas.
¿Y lo que más extrañás?
Extrañar, no extraño nada porque estoy absolutamente contento con esto que estoy haciendo, me gusta y es tal cual lo que tengo ganas de hacer en este momento. Tal vez extraño… me gustaría encontrarme con el Indio y reírnos y beber algunos tragos, pero no más que eso.
¿Existe la posibilidad de un último show de los Redondos?
De último no diría, si en algún momento nos juntamos será porque tenemos ganas de hacer algo nuevo. Yo en realidad no tengo en mente eso de hacer un último recital de despedida, no me cierra eso. Para mí las cosas cumplen un ciclo y son como son. Yo creo que los Redondos es una banda que tiene mucho tiempo, muchas historias y muchos capítulos diferentes, ese último que todos conocemos terminó y bueno… si hay un próximo capítulo será nuevo y no uno de despedida.
¿Escuchaste el disco del Indio?
Lo escuche sí.
¿Te gustó?
Me parece que está bueno, sobre todo me gustan las canciones si las tomo individualmente. Me pasa un poco que como disco se me hace un poco monótono, por la manera como está tratado, pero no a nivel de canciones individuales. Me parece que en el disco a mí me están faltando algunos otros climas, algo de frescura, es un disco muy oscuro.
¿Te gustaría darle tu opinión al Indio?
Para contárselo a él nos tendríamos que juntar… hay situaciones que son como defectos profesionales, yo escucho cosas y digo en realidad «esto lo haría de otra manera». Por eso creo que son apreciaciones artísticas que por ahí tienen que ver con los propios vicios de uno. Escucho el disco y me parece que la voz del Indio, que es uno de los grandes hallazgos, está como muy oculta, muy metida dentro de una maraña de sonidos, yo lo haría de otra manera… pondría la voz un poco más al frente o por ahí limpiar un poco la cuestión de arreglos que me parece que están demasiado sobrecargados todos los temas. Pero son apreciaciones, ninguna es más acertada que otra, al contrario, me parece que el Indio tiene más razón porque de última él eligió lo que quería hacer.
DE VISITA
El 29 de octubre Skay Beilinson volverá a un escenario montevideano, esta vez para abrir una nueva edición de «La Fiesta de La X». «A Uruguay siempre lo guardo en un lugar muy importante de mi corazón y por eso siempre me dan ganas de volver a ir. Participamos casi de la misma cultura que Argentina, pero con la diferencia que en Uruguay hay un trato humano más fuerte. Acá en Buenos Aires es todo mucho más caníbal».
