Skay en Córdoba
FUENTE: Diario La Voz del Interior – Córdoba (Lunes 9 de Mayo de 2005) Por Natalia Torres
El tiempo ha pasado desde que Los Redonditos de Ricota convirtieron su descanso sabático en retiro a largo plazo. Y, si bien la voluntad de reunión existe, la separación, por ahora, parece escrita con fuego. Pero los fans aún parecen pensar que todo es sólo un mal sueño. Y eso pudo palparse durante la presentación de Skay Beilinson, ex guitarrista y pilar musical de Los Redonditos, en la noche del sábado.
Minutos antes de que las primeras notas comenzaran a sonar, el recibimiento que tuvo la versión de La bestia pop, (a cargo de los uruguayos de El Club de Tobi) dibujó el ambiente que se respiraba. Las cerca de cuatro mil personas que llenaban La Vieja Usina corearon ese preludio, con el afán de un náufrago aferrándose a la tabla que lo mantiene a flote. El sentimiento ricotero todavía está a flor de piel, y eso es inobjetable.
De todos modos, cuando Skay hizo acto de presencia en el escenario, con Lluvia sobre Bagdad, su seguridad transmitió la certeza de que está en camino de labrarse su propia independencia. La sombra del Indio Solari es fuerte, pero Beilinson tiene la valentía y la determinación suficientes como para desafiarla. Y los fans se lo agradecen.
Resplandor propio
Siendo ésta la primera presentación en solitario de Skay en suelo cordobés, la impresión es que parece más cómodo luego de despegarse un poco de la mística que rodeaba a Los Redondos.
La atención se desvía del gigantesco culto ricotero para volverse hacia la música misma, y las joyas talladas por las manos del guitarrista empiezan a brillar por derecho propio.
Los destellos aparecieron generosamente. La personal visión del reggae corporizada en Con los ojos cerrados devela a Skay como a un crooner magnético y enigmático, impresión subrayada por sus movimientos felinos en escena. Esa extraña plasticidad (que recuerda a la del guitarrista stone Keith Richards) se da la mano con una ejecución llena de buen gusto. Kermesse fue uno de los mejores ejemplos, donde las notas justas cayeron en el momento adecuado.
Aunque el sonido no fue óptimo, las buenas ideas musicales abundaron. Tal fue el caso de Dragones, con un ritmo efectivo punteado de ecos celtas; y del aire psicodélico de Abalorios, que se completa con una letra nostálgica, remitiendo al joven Skay, a su idealismo revolucionario y a sus inquietudes hippies.
La hora del recuerdo
El aire relajado que transmitía Beilinson parecía crecer a medida que avanzaba el show, y la naturalidad con la que encaró las esperadas versiones ricoteras aumentaron aún más la sensación de confianza. El repaso comenzó con Nene nena, aquella vieja gema inédita, y el pasado siguió asomando su cabeza a través del show con el ritmo casi marcial de Nuestro amo juega al esclavo, el estribillo de Caña seca y un membrillo, el yeite inconfundible de El pibe de los astilleros, y el pogo masivo y final de Ji ji ji. Temas que Skay interpretó sin complejos ni rodeos, como debe ser.
Si bien el termómetro llegó a su punto máximo con aquellos clásicos, la propuesta de Beilinson se aleja un poco del modelo de ritual masivo implícito en Los Redonditos. Su producción tiene un aire más intimista: su interacción con el público es moderada, los músicos que lo acompañan son sofisticadamente rockeros, y gran parte de sus canciones parecen invitar a la escucha atenta antes que a la catarsis extrema (ejemplos claros son los sutiles arreglos de teclado en Flores secas y la base electrónica de Gengis Khan, deudora de la dirección tomada por Los Redondos en Último bondi a Finisterre).
Parece imposible discernir qué parte de Los Redonditos lleva Skay en su mochila. Más adecuado será decir que la totalidad no es sólo una suma de partes, y que la leyenda ricotera no puede revivirse sin esa dinámica que sólo aparece cuando todos los miembros de un grupo hacen música juntos. Pero sería injusto dejar que tales disquisiciones oculten el hecho de que Skay Beilinson es un artista consumado por derecho propio. Y eso es independiente de cualquier banda.
Redondos Subtitulados 