La muerte y yo

LETRA

Cosa difícil de hacer
como volver a la vida peces
y que así puedan nadar otra vez
en mi sopa de pescado.

La muerte y yo…
y siempre Dios contra todos.
Un pie en el tren
y otro en el andén, ardiendo…

Me he puesto grande, ya ves
sólo le pido a la vida que no me duela
y no estar aquí si cae más mierda del cielo.

Miro a mis pies y por distracción
recorto mis uñas secas, no son mías ya…
Te digo adiós para bromear -«¡que el Señor te rebendiga!»-

No sirvo y nunca serví para tristes despedidas.
¡Pobre mi amor! ¡Bendito amor! Va saturando un pañuelo…

La larga sombra que ví es la de mi pasado
un paraíso de amor que viví en el corazón del infierno…

Y nunca más… (ella sigue allí)
ya nunca más tendré miedo… (luz crepuscular).
Cuando esa luz que crece en mí
sea la que domine el cielo…

Me va alumbrando la luz de los que no respiran…


APARECE EN

El tesoro de los inocentes (2004)

MÁS INFO SOBRE ESTA CANCIÓN

La muerte y yo tiene un verso que me encanta, porque es medio herzoguiano. Sé que te encanta Herzog, y el título original de El enigma de Kaspar Hauser significa literalmente: Cada cual por sí mismo y Dios contra todos. En la canción, vos decís: La muerte y yo / Y siempre Dios contra todos.

Sinceramente espero que Dios no exista. Porque, de existir, no me va a hacer patear por otro. ¡Me va a cagar a patadas él mismo! Me va a poner contra la pared en una nube y a darme tantas patadas, que me va a convertir el culo en un pastelito…
Me he puesto grande, ya ves / Sólo le pido a la vida que no me duela / Y no estar aquí si cae más mierda del cielo. Y sí, ya no quiero lola. Este mundo está tan lejos de lo que uno ambicionaba, que es lógico que te agarre fatiga después de pasarte la vida entera tratando de provocar un cambio que nunca llega. Porque no pasa nada: a lo sumo, te transformás en un póster.
Después dice: Miro a mis pies y por distracción / Recorto mis uñas secas, no son mías ya. Todavía no tenía el diagnóstico del Parkinson, pero de todos modos la muerte estaba presente, hablo de la parte ya muerta de mi cuerpo. Porque uno está muriendo todo el tiempo y a la vez va renovando células. Hablo de cómo me llevo con la muerte, en nuestro trato cotidiano.

Esos versos impresionan, porque suenan a vaticinio.

La economía estelar que armó Dios es un poco dolorosa. Vivimos comiéndonos unos a otros. No está bueno, así no se vive bien… Hay algo irónico en ese esquema del que nadie escapa. A eso me refiero cuando hablo de perseguir el milagro de devolverle la vida a un pez, tan sólo para volver a comértelo en la sopa.
La canción cierra con el verso: Me va alumbrando la luz de los que no respiran. Que vengo cantando desde hace años… ¿Ya hace cuánto tiempo que espero eso? ¡Y sigo pagando Edenor!

Indio Solari en conversaciones con Marcelo Figueras. Este texto forma parte del libro autobiográfico Recuerdos que mienten un poco (Bs. As, 1era. edición, Editorial Sudamericana, 2019).


“La muerte y yo” es otra de las canciones de tu último disco. Concluye, la letra, con esta frase que abruma bastante: “Me va alumbrando la luz de los que no respiran”. En ese momento íntimo en el que pensás calmo en el final, en los títulos, en el apagón definitivo. ¿Qué te pasa por la cabeza?
Mi sorpresa ha sido cómo han recibido estos temas los chicos jóvenes. Ahora en estos recitales que di en La Plata vi una cantidad de chicos que tendrían diez años la última vez que toqué. Sobre todo porque los temas o las preocupaciones que te inquietan, en el caso de las letras, van variando de acuerdo a la edad que uno tiene. Yo soy un roquero añoso, de 56 pirulos, y lo que pasa es que empieza a aparecer algo que en el estado heroico de la juventud uno ni piensa, que es el hecho de la muerte… porque, bueno, alrededor de uno se van apagando algunos foquitos, y entonces se te da por preocuparte por esas cosas. De movida yo tengo un hijo muy niño todavía, y aparece la preocupación de cuánto tiempo voy a poder estar cerca de él. Entonces te planteás temas por los cuales antes ni siquiera te preocupabas.

Ahora, ¿ves la muerte como el fin de toda existencia?
En el caso mío, sí. Yo no tengo el amparo de ninguna religión que me diga que hay otras posibilidades, paraísos o infiernos o limbos o esas cosas. Yo creo sinceramente que uno devuelve a la coraza orgánica todos los elementos que tomó prestado, los carbonos, los azufres… y bueno, quizá la manera de reencarnarse es esa, pero ya la unidad Carlitos Solari desapareció… algún carbono o mineral de esos es nutriente de una planta, y una planta se la come una vaca, y una vaca se la come otro, y algún átomo mío va a parar a otro lado, pero no esta unidad de comprensión o de vida que es uno como persona.

Entrevista con el Indio Solari. Revista Freeway (Uruguay). 6 de diciembre de 2005. Por Juanchi Hounie


En el álbum hay una variedad en el sujeto desde donde se escribe: crónicas, visiones sociales.

En casi todo los álbumes la fórmula es más o menos la misma. «Zippo que estaba hecho migas…» [ canta ]. Siempre hay tres o cuatro canciones que son crípticas y que generalmente son las que expresan la manera de ver la vida de un tipo que se dedica a las ideas. Mi trabajo es leer, escribir, reunir cada vez más elementos para transmitir una emoción. Esas letras no son más crípticas. Son para gente que tienen otro nivel para leer la data, el mundo y la cultura. Son temas que tienen una pretensión de abarcar sentimientos más profundos, y a partir de ahí la letra se hace más simbólica. Por ejemplo, «La muerte y yo», donde hay juegos que tienen otro significado para dar una impresión de cómo ve uno la muerte. 

«El precio de la libertad es la soledad». Revista Rolling Stone Argentina, Miércoles 01 de diciembre de 2004. Texto Pablo Plotkin. Entrevista Claudio Kleiman y Pablo Plotkin


Qué es esto de pensar en la muerte o en el más allá?
No tengo una religión en especial y no he tenido revelaciones que me hagan creer que cuando muera voy a ir a algún tipo de paraíso. Cuando este velador Carlitos Solari se apague, creo que se apaga y chau. Entonces necesito justificar mi vida aquí, ser honesto y leal acá. Todas las cosas que me gustan, las que elegí como tutores de mi vida, quiero que me pasen acá, para que mi vida tenga un valor. No se trata de si vivo bien o no. Si hay dinero, bienvenido sea y lo disfruto y utilizo para hacer mis cosas, pero m¡ máxima ambición no es ésa. Es sentir cierta gratificación en el momento en que me tenga que apagar, y eso no tiene precio. Poder relacionarme con afectividad y cariño, poder emocionarme con alguien por descubrir su calidad de ser, y no por sus aptitudes o destrezas.

Ven a mi casa suburbana. Anuario Revista La Mano #9, diciembre de 2004. Por Alfredo Rosso, Marcelo Fernández Bitar y Pipo Lernoud


El análisis del blog ESA VIEJA CULTURA FRITA


FICHA TÉCNICA
Disco: El tesoro de los inocentes
Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado
Duración: 03:30

Ficha técnica: Música, letras y arte de tapa por el Artista Invitado.
Edu el garfio Herrera y Nickname Aramberri en Ingeniería y funciones pesadas.
Artista Invitado en arreglos, producción y ruidos molestos.

Julio Saez y Baltazar Comotto: guitarras principales
Marcelo Torres: bajo
Hernán Aramberri: batería
Alejo Von Der Pahlen: saxos (alto, tenor y barítono)
Ervin Stutz: trompeta, flueguehorn y trombón
Debora Dixxon: voz en “La piba de Blockbuster”
Artista invitado: teclados, guitarras y voz
Dig-it en arte y formato de tapa: Matías Requeijo

Este barril de monos-dirty-garage-jijí-tech-rock-trapero fue grabado y mezclado en Luzbola y es pura patología del cuerpo y la mente del Artista Invitado.
Masterizado en Luzbola por Breuer’s delivery.
Dedicado a Bruno y a la memoria del Capitán Ojo Muerto y de la hermosa muchacha de Los Toldos.