LETRA
El tesoro que no ves
la inocencia que no ves
los milagros que van a estar de tu lado
cuando comiences a leer de los labios
y a ignorar los embustes y gustar
con tu lengua de las aguas que son dulces
aunque te sientas mal.
Si no hay amor que no haya nada entonces, alma mía
¡no vas a regatear!
¡Un hermoso día el de hoy!
¡Ay! ¡Qué bello día es hoy!
está para desatar nuestra tormenta
que va a tronar por el dolor.
Juegan a “primero yo” y después a “también yo”
y a “las migas para mí” y cierran el juego porque ya saben que… el tonto nunca puede oler al
diablo (¡vida mía!) ni si caga en su nariz.
Esa mancha que está allí
por allí… ¡en el suelo! ¡allí!
y en tu bella cicatriz
parece sangre y sin embargo sonreís.
¡El tesoro que no ves!
¡la inocencia que no ves!
El placer que es tan oscuro como el culo de un topo negro y si no hay amor que no haya nada
entonces, alma mía
¡no vas a regatear!
Placer que es cruel (le echás el guante
sin lágrimas… a tu pena allí nomás) …y el mundo allí nomás.
El sol cocina lento…
Placer que es cruel… (vos siempre estás con una excusa a flor de labios…
sin lágrimas… con tus dolores allí nomás) y el mundo allí nomás, sin vida
con tu sangre en el suelo…
Placer que es cruel… (echás el guante
sin lágrimas… a tu pena allí nomás)
… el sol cocina lento.
(vos siempre estás con una excusa a flor de labios…
sin lágrimas… con tus dolores allí nomás) y el mundo allí nomás, sin vida
con tu sangre…
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MÁS INFO SOBRE ESTA CANCIÓN
Después llega el tema que elegiste para titular el disco.
En el caso de las canciones que componen El tesoro de los inocentes, el punto de partida fue ese título. Una vez que apareció y me gustó, empecé a preguntarme por qué, qué estaba tratando de decirme.
La experiencia como padre de Bruno fue esencial al respecto. Me fascinaba advertir la forma en que lo miraba todo como si fuese nuevo. En esa ingenuidad tan linda con la que venimos al mundo cabe el universo entero, es una inocencia que nos conecta con todo y con todos. Por eso me gustó siempre ese pensamiento de Henri Michaux: “A los 8 años, Luis XIII hace un dibujo muy parecido al del hijo de un caníbal de Nueva Caledonia. A los 8, Luis tiene la edad de la humanidad, más o menos 250.000 años. Unos años después sólo tiene 31 y es apenas el rey de Francia”.
Y entonces me dio por el lado de explicarles a los inocentes el estado de las cosas. Porque da la sensación de que en este mundo somos todos culpables, cuando no es así. El pibe que sale a robar no nació malo, no nació chorro. Vino a este mundo en una circunstancia que lo llevó a eso. Claro, también está la excusa a la que apelan todos: Pero el que vive al lado de su casa, en la misma villa, se va a laburar… Y sí, hay de todo. Existen tipos más rebeldes por naturaleza, que no bancan estar laburando doce horas para Mr. Johnson por cinco pesos y eligen afanarse una moto. Estos se dicen, en todo su derecho: Ma sí, voy a vivir cinco días, nomás. Pero al menos, durante esos cinco días voy a consumir eso que me están metiendo todo el día en la cabeza por la televisión. El tesoro es eso, lo que voy a hacer si siento que no tengo dominio sobre mi vida. A partir de ahí escribí la serie de temas que arman el disco.
Ahora, la canción El tesoro de los inocentes habla de un deseo, de una manera de ver las cosas que tiene mucho de romanticismo empedernido. Eso de decir: Si no hay amor, que no haya nada… Puede sonar utópico pero no lo es tanto, se puede llegar a la misma conclusión por la vía de la sensatez más grande. Si te pasás la vida mintiendo en tu beneficio, armando trapisondas, embustes, te vas a divertir mucho hasta que llegue el momento en que entiendas que tu vida sigue sin ser justificable. Y en ese instante de lucidez, vas a asumir —o a intuir, al menos— que todo lo valioso de la vida estuvo, y estará, supeditado a que hagas las cosas amorosamente. En algún momento tenés que empezar a considerar el bien del otro, además del propio. Y ahí ya no queda lugar para regateo posible. ¿Vas a vivir calculando: Yo te di tanto y vos no me das nada? ¿Qué vas a decir? ¿Te di tres de amor y me debés dos? ¿Me refinanciás el amor?
Pero, por supuesto, hay gente que es irreductible en su manía especulatoria. Es una condición humana que lamentablemente nuestra cultura ha aceptado. Por eso digo: Juegan a “primero yo” y después a “también yo”… Es un modo de pintar a la gente poderosa, los primeros que tendrían que entender que, por mucha guita que tengan, su vida va a ser una cagada igual si su mujer se emborracha y la casa donde viven es un infierno. Aunque en general no aprenden. Cuando digo que también reclaman “las migas para mí”, es porque no sólo afanan en una venta de aviones: ¡si te pueden robar la leche, te roban la leche! Mirá lo que está pasando ahora. Terminamos todos arrastrados al abismo por un montón de votantes a los que el diablo les cagó en las nariz y todavía no se dieron cuenta… ¡Dejaron que Durán Barba disfrazase la mierda y están convencidos de que es un brownie!
Tu mención a Esa mancha que está allí / Por allí en el suelo, allí me suena a Lady Macbeth espantada ante la sangre producida por sus crímenes.
A la gente le cuesta entender cómo era posible que algo tan excelso como Shakespeare fuese también popular. ¡Pero lo era! Las obras circulaban de ciudad en ciudad —un espectáculo ambulante— y la gente llenaba en todas partes. La única respuesta es la calidad en sí misma: esas y tantas otras líneas de Shakespeare estaban muy buenas, simplemente. Y la gente se daba cuenta, porque no era tonta entonces ni tampoco lo es ahora.
Esos versos de mi canción tienen que ver con el gasto de los heroicos jóvenes que han arriesgado su cuerpo, desde las golpizas que reciben hasta la sangre derramada. El suyo es un heroísmo todavía inocente, pero ¿cómo puede no ser inocente, el heroísmo? Hablamos de alguien que cree que vale la pena arriesgar la vida por una causa.
Siempre que escucho o leo esos versos pienso en Kosteki y Santillán. El tiempo me fijó la imagen de esos dos, tendidos sobre su sangre. Porque yo también reinterpreto mis letras con el correr de los hechos, no sigo pensando lo mismo de ellas toda la vida. A medida que pasan los años, cuando las escucho me despiertan nuevas cosas. Eso es lo rico que tiene la poesía: ¡ no se gasta nunca!
No necesitamos héroes impecables, pero sí heroísmo. Que a menudo proviene de quien menos se esperaba: el que prometía valor termina no teniéndolo y el que era un temblor permanente encuentra una razón para arrancar primero de la trinchera.
Pero claro, también hay gente que aun entendiendo cómo viene la mano, no se juega. A esos se refiere la canción, cuando dice: Vos siempre estás con una excusa a flor de labios… En parte me lo estoy diciendo a mí y en parte a otros.
Indio Solari en conversaciones con Marcelo Figueras. Este texto forma parte del libro autobiográfico Recuerdos que mienten un poco (Bs. As, 1era. edición, Editorial Sudamericana, 2019).
Más allá de la relación que tiene con el nacimiento de mi hijo, «El tesoro de los inocentes» es también lo que nos permite ser pretenciosos con esa elegancia espiritual de la que hablábamos… Incluso sabiendo que los inocentes van al frente tirando la toalla, sobre todo en un océano de tiburones como es la vida de hoy en día. Tuve un hijo cuando ya no tenía más remedio, porque la vida del músico es muy egoísta. Pero recuerdo que en los años del hippismo o de la dictadura militar, veía a amigos míos educando a sus hijos en una especie de santidad o comunión, con un sentido de la espiritualidad muy grande. Pero después también veía que el vecino de enfrente les estaba enseñando a los suyos cómo tirar con una pistola. Entonces, el gran planteo es: ¿trato de transmitirle a mi hijo cosas para que tenga una vida más rica o le enseño a defenderse de los hijos de puta?
A mí no me gusta mucho cantar. Revista Inrockuptibles #86. Diciembre de 2004. Por Nicolás Miguelez y Oscar Jalil
En 2015 Indio Solari publicó el film «Indio En Concierto», su primer DVD. En realidad la caja incluía dos CDs y dos DVDs, correspondientes a los shows que brindó en el Estadio Único de la Ciudad de la Plata en el año 2008.
Este tema formó parte de ese DVD.
FICHA TÉCNICA
Disco: El tesoro de los inocentes
Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado
Duración: 04:18
Ficha técnica: Música, letras y arte de tapa por el Artista Invitado.
Edu el garfio Herrera y Nickname Aramberri en Ingeniería y funciones pesadas.
Artista Invitado en arreglos, producción y ruidos molestos.
Julio Saez y Baltazar Comotto: guitarras principales
Marcelo Torres: bajo
Hernán Aramberri: batería
Alejo Von Der Pahlen: saxos (alto, tenor y barítono)
Ervin Stutz: trompeta, flueguehorn y trombón
Debora Dixxon: voz en “La piba de Blockbuster”
Artista invitado: teclados, guitarras y voz
Dig-it en arte y formato de tapa: Matías Requeijo
Este barril de monos-dirty-garage-jijí-tech-rock-trapero fue grabado y mezclado en Luzbola y es pura patología del cuerpo y la mente del Artista Invitado.
Masterizado en Luzbola por Breuer’s delivery.
Dedicado a Bruno y a la memoria del Capitán Ojo Muerto y de la hermosa muchacha de Los Toldos.