LETRA
Robots dormidos
(en sueño de pescado)
Tecno-humano y proto-humano
(y el mono extraviado que sos!)
Tecnobios que son de frontera
y que un hueso de pollo atascó
Duermen en blanco
(su sueño de pescado)
Y serán como hay que ser
(si no hay más remedio que ser…)
Pseudomonas que se devoran
venenos que hoy son vedettes
Un sueño blanco
(de autómatas dormidos)
Paraísos… infiernos de otros
siempre en la cruel tradición.
Cronofármacos para tus juegos
y el pescado aún sin vender
Dormís en blanco
un sueño que da miedo…
Dormís en blanco
y tu sueño me da miedo…
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ZZZZZZZ…
Ahí me refiero a las pasiones básicas, que son siempre las mismas: comunes a toda la especie, con mínimas variaciones. Pero claro, están aplacadas, casi aplastadas por la sociedad del espectáculo en que nos toca vivir. El Orwell de 1984 y el Huxley de Un mundo feliz hablan de un futuro que ya ocurrió, que está disfrazado por esta maquinaria que nos entretiene a toda hora. Todo pasa por ahí: la muerte, el dolor… ¡Como lo anticipo en la canción de los decapitados!
Necesitan convencernos a través de los medios de que el American way va a renacer y nos va a cuidar el gendarme del mundo. Pero ¿cómo competís con los chinos, millones de presos que laburan por un plato de arroz? Por eso, ahora que a los terroristas se les complica viajar, pasan a la acción los que ya tienen enquistados en sus países.
Hay que levantar un poco la mirada y estar atento a lo que ocurre más allá de los confines de la aldea. Porque mientras uno pinta acá el cartel de “Perón vuelve”, llega una nube tóxica de un lado donde están en otro juego, metidos con el colisionador de hadrones, y… Ese mundo está alejado de la politiquería de la barra de All Boys, del puntero. Alguien tiene que pensar en eso: Bueno, muchachos, mientras estamos acá pelotudeando con toda esta vacuidad, puede venir una
mierda que nos destruya al instante. Yo me ha dedicado un poco a eso. No es que empecé a escribirlo ahora: ¡la moda no es vanguardia! Claro, lo hago desde mis limitaciones, porque no soy un estudioso. Pero la gente vive en una total ignorancia, y no sólo hablo de la gente común: estos que nos gobiernan y se creen pícaros porque roban plata… La plata no va a significar nada. La demografía crece, lo que va a costar conseguir un vaso de puta agua… ¡El mundo de Mad Max! Y, peor aun, si se considera la dependencia que tenemos de esta tecnología: el día que el sol se tire un pedo de hidrógeno un poco más grande, el planeta entero hace black out y se queda a oscuras. Los satélites dejarían de transmitir… Además ya no sabemos vivir de otra manera. Los pibes no hacen las ecuaciones, ya no aprenden, las hacen las maquinitas. Recuerdo cuando me dieron un calibre por primera vez. Me explicaban que no hacía falta saber, simplemente tenías que aplicarlo. Hablo del industrial, del año del pedo. Qué raro, decía yo. ¿Y si pasa algo y no queda más gente que sepa por qué las cosas son así y no de otro modo?
Lo que pretendo es que, a través de esta visión entre poética y sesgada de un futuro posible, aquel que escucha encuentre SU visión personal del futuro. Si la buscás genuinamente, la vas a encontrar. La canción presenta un universo que depende de TU comprensión, más allá de lo que yo te cuente.
Eso se debe a que el lenguaje que uso no es reflexivo. No es que arma una historia con argumento, pelos y señales. Más bien es como decís vos en el prólogo de Escenas del delito americano: caés en el medio de esa sopa sin elemento alguno que te guíe y lo primero que te planteás es ¿dónde estoy, qué es esto, de qué tengo que cuidarme? Después las pasiones son las mismas, lo bio copula con lo tecno y lo que resulta de allí copula con la chatarra. Un caos que debiera prometer un mundo posible.
Las pseudomonas que menciono en la canción son esos animalitos del futuro, viven en esas burbujas ácidas y nos sobrevivirán, lo heredarán todo.
Por eso apelo a una tormenta verdadera. Seamos si vale la pena; de otro modo, si no hay amor, que no haya nada. Esto de la vejez invita al corchazo: si no fuese por mi familia… No es no haya más remedio que ser, para eso sí hay remedio. La cuestión es ser de un modo que valga el tremendo esfuerzo que supone vivir.
Indio Solari en conversaciones con Marcelo Figueras. Este texto forma parte del libro autobiográfico Recuerdos que mienten un poco (Bs. As, 1era. edición, Editorial Sudamericana, 2019).
FICHA TÉCNICA
Disco: El perfume de la tempestad
Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado
Duración: 03:20
Ficha técnica:
Música, letra e ilustraciones por Caballo Loco.
Hernán y Martín: edición e ingeniería.
Gaspar y Baltasar: guitarras
Marcelo y Gaspar: bajos
Hernán y Martín: tambores
Caballo Loco: teclados, ruidos y voces
Sergio Colombo: saxo
Miguel Tallarita: trompeta
Alejandro Elijovich: violín
Carlos Nozzi: violonchelo
Dig-it en arte y formato de tapa: Matías
En el medio de la tempestad: Julio
Grabado, mezclado y masterizado en Luzbola LUZBOLA © 2010