Fiesta ricotera en La Plata

El ex cantante de los Redondos brilló en un concierto que fue de menor a mayor en el Estadio Ciudad de La Plata. Defensa Civil dijo que temblaron los edificios del centro. Se destacaron los clásicos de la banda platense, festejados por casi 50 mil personas. Hoy toca de nuevo.

Autor: Diario Hoy de La Plata, 13 de noviembre de 2005

Estadio lleno. Cerca de 50 mil personas fueron a escuchar a uno de los músicos más convocantes.

Se apagaron las luces y terminó la espera de poco más de seis años. El Indio Solari volvió a subirse a un escenario. Y lo hizo en La Plata, la ciudad donde nacieron Los Redonditos de Ricota, su legendaria banda de rock.

Cerca de 50 mil personas colmaron anoche el Estadio Ciudad de La Plata. Fueron a ver al cantante de Los Redondos, aunque desde muy temprano se respiró el clima de los ya lejanos recitales del grupo platense.
Vecinos del centro llamaron a Defensa Civil, porque notaron movimientos extraños en los edificios más altos. Voceros de ese organismo dijeron que muy probablemente se debió a “la forma en la que saltaron los fanáticos”.

Eran las 21.30, una hora después de lo previsto. Las imágenes proyectadas en pantalla gigante mostraron las ilustraciones de El tesoro de los inocentes (bingo fuel), el álbum solista del Indio. Con canciones de ese disco se nutrió gran parte del concierto, que comenzó con Nike es la cultura y con algunos problemas de sonido.

Pero todos sabían que estaban previstas algunas sorpresas. El Indio lanzó: “¿A ver si a ésta la conocen?”; y bastó que comenzarán a sonar los primeros acordes de Un ángel para tu soledad para que estallara el estadio. Había vuelto el romance más apasionado del rock nacional.

Pantalón gris, camisa de mangas cortas naranja y anteojos oscuros, Solari ensayó una por una las acostumbradas poses que caracterizan sus movimientos sobre el escenario.

“Gracias por una noche de perversión”, fue uno de los guiños a su público, que esperaba ansioso los clásicos de Los redondos. El segundo en llegar fue Yo, caníbal y le siguió Ropa Sucia, para luego entrar en el primer intervalo de la noche.

Antes, el Indio presentó a la cantante de las Blancanblús Déborah Dixon. Juntos interpretaron La piba de Blockbuster, del álbum solista del ex líder de Los Redondos.

La primera parte del recital estuvo signada por los problemas de sonido, superados rápidamente. Además, unas bengalas aisladas provocaron el rechazo de muchos de los presentes, que recordaron inmediatamente la catástrofe de República de Cromañón. Desde el escenario, el Indio también criticó a los que arrojaban cosas a los músicos. “Que paren los talibanes, que me van a sacar un ojo”, les dijo en reiteradas ocasiones.

Luego de poco más de media hora, volvió a escena el cantante junto a la banda integrada por Baltasar Comotto y Gaspar Benegas (guitarras), Marcelo Torres (bajo), Hernán Aramberri (batería), Pablo Sbaraglia (teclados y samplers), Ervin Stutz (trompeta) y Alejo Von Der Pahlen (saxos).

La segunda parte fue a puro Redondos. Sonaron Fuegos de octubre, Héroes del Whisky, Nueva Roma, Shoping -Disco – Zen, El pibe de los astilleros y Juguetes Perdidos. Pasada la medianoche, el gran final fue con Jijiji. Y ya no importaron los desajustes del comienzo, ni los problemas que el Indio reconoció en su voz. Fue una fiesta.

Los cánticos reclamaban el regreso de Los Redondos y el cantante prometió una sorpresa para el show de hoy en el Estadio Ciudad de La Plata.-


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