El ex Redondos de Ricota toca por primera vez en Mendoza. Hoy presentará su segundo disco solista, Talismán Intérprete: Skay Beilinson. Hora y lugar: a las 22, en la bodega Centenario (Pedro Vargas 2311, Dorrego). Entradas: $20.
FUENTE: Diario Uno de Mendoza (Martes 7 de Diciembre de 2004) Por Carolina Baroffio
Por primera vez, los mendocinos podrán ver de cerca a Skay Beilinson, uno de los fundadores de Los Redonditos de Ricota, banda que hace cuatro años se ¿diluyó? y en sus tres décadas de existencia nunca aterrizó en Mendoza. Si bien el músico platense hace más de 20 años vivió un tiempo en San Rafael -en donde dirigió una bodega familiar-, es la primera vez que viene con su pasado-presente rockero y su guitarra a cuestas (además de su segundo CD solista, Talismán). Este es un dato revelador y representa una circunstancia histórica en su largo y enriquecedor viaje musical. En un distendido diálogo con Escenario, lejos de la chapa de popularidad y el espejismo de rebeldía que cargó durante años, Skay confesó que no escucha música y que Poly -su mujer y alma máter ricotera- sigue siendo «mi musa inspiradora».
-Te presentaste en Rosario, en San Juan y ahora en Mendoza. ¿Estás de gira por el país?
-No. De a poco vamos a ir recorriendo el país. Vamos a ir viendo.
-Entonces es un privilegio para los mendocinos, que nunca palparon un recital ricotero en su tierra.
-Acaba de salir el disco y tenemos muchas ganas de tocar los temas nuevos. De movida, vamos a tocar un poco del disco anterior (A través del mar de los Sargazos), un poco de este y también algunos de los Redondos. Tengo muchas ganas de estar por la tierra de ustedes.
-¿En qué se diferencia Talismán del disco debut como solista?
-Mucha cuenta no me doy, pero pasa que cambió un poco el sonido. Después de dos años de estar tocando con la misma banda, ya hay un sonido propio de banda que de alguna manera está reflejado en este disco. Cuando hice el primero, había convocado a algunos músicos para grabar pero no tenía conformada la banda.
-¿Cómo es ahora compartir la guitarra?
-Oscar Reyna es un excelente guitarrista y me da una enorme confianza porque puedo dejar de tocar la guitarra en algunos momentos que él cumple los roles de guitarra con mucha solvencia, toma la posta con mucha calidad. Me siento muy respaldado por toda la banda.
-¿Desde un principio planteaste poner tu voz a esta banda?
-Al principio no estaba muy seguro. Pero cuando empecé a cantar los temas que había compuesto, me di cuenta de que no estaba tan mal. Así que, bueno, quedaron mis voces. En algún momento sí había pensado sin mucha certeza en quién podía ser el cantante.
-¿Es mejor llevar vos mismo la voz de tus creaciones?
-Se completa más. Tengo una melodía que imagino se debe ir cantando en cada tema que compongo. Cuando compartíamos el rol con el Indio (Carlos Solari, voz y líder de Los Redondos), yo en realidad le dejaba toda esa parte libre para que él pudiese encontrar su propia tonalidad, su propia manera de frasear, cómo montarse sobre las ideas que yo presentaba. En este caso, al tener yo toda la idea del comienzo al final, es como que fuera a encontrar la raíz primera donde se originó la primera idea del tema.
-¿Te molesta que comparen tu voz con la del Indio?
-No me doy cuenta mucho de hasta dónde se parece o no. Lo que más tienden a asociar es el hecho de que, inevitablemente, los temas que hago suenan como Los Redondos porque mi guitarra siempre estuvo ahí. Pero el Indio y yo tenemos timbres completamente diferentes. No sé desde qué lugar lo escuchan. Si es así, para mí sería un honor, el Indio es un gran cantante.
-¿Podrían volver a compartir escena entre ustedes, como solistas?
-Momentáneamente, no. En esta encrucijada cada uno ha tomado su propio sendero, y en este momento cada uno está abocado a lo suyo. Eso no quiere decir que en algún momento… viste las vueltas de la vida. Por ahí nos volvemos a encontrar y a encarar algún proyecto juntos.
-Así que podría volver a formarse la banda ricotera.
-Llegó un momento en que cada uno empezó a recorrer su propio camino. Los senderos por ahí se vuelven a cruzar. En este momento, somos casi como una mutación de Patricio Rey, nos tiene separados haciendo cada uno lo mejor que puede exponer. Esto no quiere decir que el día de mañana estemos juntos, dando algún otro viaje. Debería ser novedoso y conmovedor para todos, para que tenga sentido.
-¿Cómo es tu público a diferencia del ricotero?
-La gran novedad es que esta banda me permite tocar en lugares más chicos, cosa que extrañaba enormemente. Un recital en un lugar chico adquiere un grado de conmoción muy diferente al que sucede en un estadio. Por lo pronto, es un banda de rock tocando en vivo, y eso tiene una potencia muy conmovedora.
-¿Esto lo decís por la violencia que se generaba en los recitales ricoteros?
-Los hechos de conflicto y de violencia eran muy desgastantes.
-¿Fue duro ser prohibidos en algunas provincias o que algunos recitales se suspendieran por violencia?
-Cuando estás metido dentro de ese viaje no lo notás, son dificultades a solucionar. Pero liberarme de todas esas situaciones hace que hoy me sienta mucho más liviano. Me saqué una mochila muy pesada de encima.
-¿Qué le contestás hoy a las personas que en aquel momento opinaban que ustedes eran los generadores de violencia?
-Es un disparate. Siempre nos ponían en las páginas policiales pero en los recitales de Xuxa había despelotes igual. El público de rock fue entendiendo que un recital no es el lugar adonde ir a manifestar el inconformismo social.
-¿Hoy el rock refleja la situación social de nuestro país?
-Habría que ver. Celebro que el hecho de la violencia haya desaparecido de los escenarios. Siempre están aquellos grupos que han optado por la independencia, por los circuitos no convencionales del rock que siguen siendo las experiencias más ricas.
-¿Qué banda nueva descubriste?
-Escucho muy poca música. Estoy en deuda con casi todos los músicos porque soy de escuchar muy poca música. Cuando tengo ganas de escuchar algo, recurro a los clásicos (The Beatles, Rollings Stone, Led Zepellin) o agarro la guitarra. Es una de mis malas costumbres. Necesito más silencio que música. El talismán de sus viajes
-¿Qué opinión te merece el rock fusionado con la electrónica?
-El rock como género siempre se ha alimentado de diferentes sonidos, de músicas de otras culturas. Para componer prefiero que haya libertad total, no me interesa ser purista de nada.
-¿Cómo es el proceso de composición en vos?
-Arranca con un ruido en la cabeza, eso es lo primero que tengo claro. Después es tratar de ver a qué se parece ese ruido y, de repente, empieza a aparecer alguna melodía, algún riff. Esa misma idea se va cargando de más elementos. Llega el proceso de darle forma y estructura de canción a ese clima musical. Después viene el proceso de grabarlo, que es volver a descubrir el tema. Todo el tiempo es ir llenando la obra de cosas y vaciarla para encontrar otra vez aquello que era esencial en la canción. Todo el proceso es muy estimulante.
-¿Sos de componer todo el tiempo?
-Sí. No sé si para bien o para mal, pero me ayuda a calmar el ruido que tengo en la cabeza. Es terapéutico.
-En el placard habrá varias canciones. ¿Cómo elegiste las de Talismán?
-El disco se fue orientando solo. Hay canciones que se entran a poner ricas y me interesa dejarlas. Después es buscar las otras que van a completar el abanico musical.
-¿Por qué se llama Talismán?
-La música es un talismán. Para cualquier viaje hay que tener algún tipo de talismán. Me gusta entregarlo a aquellos que les pueda servir para sus propios viajes.
